Bildu sigue centrando el debate público y en consecuencia la campaña de las caravanas nacionales de los partidos, que hoy han parado en el Congreso para la sesión de control. Pero hete aquí que, estos sarcasmos del calendario, en la otra Cámara, en la Cámara Alta, justo se debatía y aprobaba hoy la ley en la que sociedad de Bildu y el PSOE ha sido más evidente. Incluso más estridente. Porque la ley de vivienda la ha presentado Bildu como si fuera suya, porque así se lo ha permitido Pedro Sánchez, aún a riesgo de desairar a Podemos que de quien partió el impulso original.
Son esta clase de lucimientos los que habrán permitido que hoy Bildu se presenta ante los vascos, sobre todo ante los más jóvenes, como un partido con una ambiciosa agenda social, con una vigorosa influencia sobre el Gobierno, con una utilidad en definitiva, que sin duda se van a traducir en un crecimiento electoral. Porque la política funciona así y eso es imputable al PSOE y directamente a Pedro Sánchez, que han fomentado el engorde de Bildu mediante este tipo de operaciones políticas para que luego los votos vayan a parar a listas trufadas de colaboradores de ETA.
La ley de vivienda ha quedado ya empaquetadita y va camino de la avenida de Manoteras en Madrid, que es allí donde está la sede del BOE. En ese lugar que suena como a atasco descomunal, el Nudo de Manoteras, que es escucharlo y casi sentirte en un embotellamiento.
No todos los socios habituales del Gobierno se han sumado a la mayoría que ha aprobado esta ley. Por ejemplo se ha descolgado el PNV, que no está en su mejor momento en su relación con el PSOE de Pedro Sánchez. ¿Han escuchado a Andoni Ortúzar esta mañana con Alsina? Ha sido muy revelador y muy interesante. Sobre todo cuando le preguntaba por la posibilidad de que el PNV pudiera llegar a un entendimiento con el PP. Ahora les hablamos de ello pero antes permítanme resumirle cuáles van a ser las consecuencias más evidentes de esta ley de vivienda, porque se ven venir, porque ya se ha testado en otros países y porque son una legión los expertos que advierten de lo que está por venir.
Allí donde se aplique en su totalidad se va a crear un modelo en el que serán los inquilinos presentes, lo que ya estén alquilados, los que obtendrán todas las ventajas frente a los que a partir de ahora quieran acceder a una vivienda en alquiler. Porque la oferta se va a restringir, porque las condiciones para el arrendamiento se van a endurecer y porque la ley no tiene en cuenta que España es una país de propietarios, al contrario que aquellos otros países donde una ley semejante se ha probado, como Alemania, donde la mayoría viven de alquiler.
En el Congreso de nuevo se ha vivido una sesión de control tensa con Bildu y sus listas llenas de colaboradores de ETA como protagonista. Otra vez Pedro Sánchez ha tenido la oportunidad de negar que vaya a volver a pactar con Bildu y otra vez ha eludido la respuesta, esta vez a las preguntas insistentes de la portavoz Cuca Gamarra.
La no respuesta de Sánchez, que en realidad es una respuesta muy elocuente sigue siempre un mismo modelo. Se remonta a un hecho del pasado completamente descontextualizado y luego menta a ETA cuando la oposición le pregunta por Bildu. Si es él quien habla de ETA cuando la oposición por quien le pregunta es por Bildu. Pero hay algo más llamativo en esta sesión de control, que es el contraste entre la agresividad -la crueldad decía Gamarra- con la que Sánchez se dirige al PP y la cortesía casi melosa con la que entre algodones le afea a Bildu que lleve asesinos en sus listas. Es que llama la atención. En esa misma sesión se dirigió a la portavoz de Bildu Mertxe Aizpurúa.
Se han equivocado, dice. Pero es que Sánchez se lo dice a una persona, Aizpurúa que cumplió condena por enaltecimiento del terrorismo por un editorial infame en Punto y Hora de Euskal Herria. Cómo que equivocación. Equivocación es un defecto de forma. No meter a 44 colaboradores de ETA en las candidaturas en fin. Hoy ha sido especialmente elocuente en Espejo Público de Antena 3 alguien que suele ser aludido últimamente por Sánchez para justificar sus pactos presentes, pasados y futuros con Bildu. El portavoz popular Borja Sémper.
