EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Parece que Sánchez aguanta por encima del umbral del descalabro"

Rafa Latorre reflexiona en su monólogo sobre el fin de las mascarillas, la presentación de Feijóo de su programa electoral para después del 23J y la respuesta de Sánchez a González.

Rafa Latorre

Madrid | 04.07.2023 20:26

La primera noticia no es nada espectacular y de hecho usted ya la conoce. Esta no es la fórmula más sensacional de vender una mercancía periodística. Ya desde los albores, cuando los chicos vendían los periódicos en la calle por unos peniques, gritaban aquello de «extra, extra» para reclamarle la atención al lector.

Pero es que las buenas noticias no suelen ser espectaculares y de hecho suele pasar inadvertidas. Eso es lo que ha ocurrido con esta, enterrada en el marasmo de la campaña. Usted no habrá olvidado lo que fueron los veranos de la pandemia. Íbamos a la playa con mascarilla. Oigan, que había gente que se quejaba como te viera levantándote de la toalla sin el maldito complemento.

Fue una de tantas circunstancias absurdas que se vivieron en estos años. Pero, recordarlo permitirá tomar conciencia de lo que ha mejorado nuestra vida desde entonces, en que se instaló entre nosotros aquello tan deprimente de la nueva normalidad. Afortunadamente la nueva normalidad ya es la vieja normalidad y este será un verano de normalidad a secas, porque el último vestigio de las restricciones de la pandemia ha sido hoy abolido y España ha decretado oficialmente el fin de la emergencia sanitaria. Esto tiene más de simbólico que de material, porque usted ya no iba a la farmacia con mascarilla, pero a veces es importante poner una señal que indique: hasta aquí llegó la emergencia sanitaria. Piensen que la mayorías de las victorias contra la enfermedad no tienen un hito que las recuerde. Un día entendimos que la supervivencia por determinados tipos de cáncer había superado el 80% pero el progreso llegó de forma tan paulatina que fue casi imperceptible, igual que la cronificación del SIDA.

Es curioso, pero la remisión de las enfermedades no suele aportar titulares grandilocuentes. El covid, al menos, nos ha concedido la posibilidad de poder titular hoy: Fin de la emergencia sanitaria. Aunque la noticia hay pasado inadvertido en el marasmo.

Las anotaciones de Bárcenas aparecieron publicadas en los periódicos, igual que el SMS de Rajoy, Luis sé fuerte, o el caso Kitchen o tantos otros escándalos que un día le permitieron decir a Pedro Sánchez en un debate que el anterior presidente no era un hombre decente. No hay dirigente que se considere bien tratado por los medios y sin embargo hay diferentes formas de asumir su labor y respetarla.

Este gobierno ha confundido por completo quién ha de fiscalizar a quién en una democracia

No es verdad que el 90% de los medios sean conservadores como hoy va diciendo Sánchez en aquellos medios precisamente a los que se ha negado conceder entrevistas durante toda la legislatura. No es verdad, pero aunque la voluntad sea engañar él siempre podrá escudarse en que se trata de un error de apreciación.

Hoy precisamente Pedro Sánchez fue a quejarse de cómo le tratan los medios, ante una periodista, Ana Rosa, a la que miembros de su gobierno señalaron por su nombre y apellido e incluso exhibiendo cuál era su patrimonio. Creo que este gobierno ha confundido por completo quién ha de fiscalizar a quién en una democracia.

En cualquier caso, Sánchez también podrá escudarse en una cuestión semántica. Quizás dice que son medios conservadores aquellos que quisieran conservar un cierto prestigio de las instituciones, un cierto decoro institucional y unas formas democráticas mínimas, como las que impiden nombrar Fiscal General a tu ministra de Justicia o director del CIS a un militante socialista. O como las que debería impedir el señalamientos de particulares, pongamos empresarios con nombre y apellidos, como si fueran criminales. En eso quizás tenga razón quisieran conservar así que son conservadores.

Hoy Alberto Núñez Feijóo ha presentado el programa electoral del PP. En realidad el gran reto del sucesor de Pedro Sánchez, ya sea a partir del 23J o dentro de cuatro o de ocho años es resistir a la tentación, porque el sanchismo ha ensanchado tanto los límites de lo permisible que el sucesor podrá gobernar como Calígula. Resistir a la tentación será el primer mandato democrático que recibirá, porque uno de los puntos más necesarios de cualquier programa es recuperar y ennoblecer una palabra que ha caído en desuso. La regeneración.

De ahí que hoy esos medios que Sánchez señala como conservadores, sencillamente porque denuncian algunas de sus políticas, miren al programa del Partido Popular con suspicacia, por más que sobre el papel prometa que va a corregir todos los desmanes de este mandato. Porque es la labor de los medios recordar que tantas políticas como las que hoy promete Feijóo se quedaron en su día metidas en un cajón. Y que en última instancia su ejecución dependerá de que tenga la mayoría suficiente para no tener que negociarlas por ejemplo con un socio de coalición como Vox.

Es que dice Alberto Núñez Feijóo que va a cesar a José Félix Tezanos, por ejemplo. No, si eso está muy bien, siempre que no sea para sustituirlo con un Tezanos propio. Con el Tezanos del charrán, sino por una personalidad de prestigio indiscutible e independencia inatacable que pueda recuperar la maltrecha confianza en el CIS: Y quien dice el CIS dice cualquier institución pública donde hasta ahora ha primado la lealtad militante al desempeño profesional.

El PP promete por tanto blindar por ley la independencia del CIS, el INE o la AIReF. Bueno, la independencia de la AIReF ha sido sobradamente demostrada, quizás a los que se refiere Feijóo es que impedirá por ley que pueda darse el salto de un organismo independiente como la AIReF a un ministerio, que es lo que propone la actual presidente de la Autoridad Fiscal, sin duda para dejar en evidencia a su antecesor José Luis Escrivá.

Parece que Sánchez aguanta por encima del umbral del descalabro

Luego hay una promesa que tiene que ver con la regeneración y que dados los antecedentes del Partido Popular merece ser subrayada para luego recordarla cuando llegue el momento. Dice aquí en el programa claramente: «Independencia judicial blindada legalmente». Pone fácil el seguimiento de la promesa, porque dice que será una de las medidas que dispondrá en los primeros. Mire, por si va apurado de tiempo, tiene una reforma hecha por Gallardón, por su tocayo Alberto Ruíz Gallardón, que debe de andar en algún cajón donde la metió el gobierno de Mariano Rajoy.

Ahora que la declaración más repetida de Feijóo en los medios de comunicación no tiene tanto que ver con lo que haría una vez en el Gobierno, como lo que haría para lograr llegar al Gobierno. En realidad puede estar tranquilo Feijóo, que los barones ya se dan por avisados, otra cosa es que el resultado les faculte para intentar una de esas operaciones de refundación tan traumáticas como necesarias. Porque lo cierto es que en esta hora demoscópica parece que Sánchez aguanta por encima del umbral del descalabro, ese que le permitiría atrincherarse en Ferraz para decidir qué hacer con el partido. Sánchez ha dispuesto es una lista para la resistencia y no tiene ninguna voluntad de favorecer un gobierno del PP sea cual sea la mayoría que le asista.