Hay muchas razones, no una, muchas razones, por las que desde 1982 la primera vista oficial que hacen los presidentes españoles al exterior es un viaje a Marruecos. Esa es una tradición no escrita que inauguró Felipe González y que han seguido todos su sucesores excepto Pedro Sánchez. Y seguro que en su día se arrepintió de ello.
Hoy ha aterrizado en Rabat para participar en una reunión de alto nivel delicadísima, por cuanto se celebra después de sucesivas crisis diplomáticas que condujeron a ambos vecinos al peor momento de sus relaciones, más o menos desde la marcha verde.
Basta una serie de palabras clave para entenderlo: Pegasus, Brahim Gali, Arancha González Laya, asalto Melilla, Sáhara occidental.
No hace falta añadir demasiado. Basta decir que ese momento crítico se resolvió con una controvertida decisión que fue el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre los territorios saharauis. Esa decisión marcó el inicio de una etapa de insólita sumisión de la diplomacia española a la agenda de Marruecos. Insólita e inexplicada. Porque nadie ha explicado de verdad.
Basta decir que la operación ha provocado la práctica ruptura de las relaciones con otro socio, Argelia, de una importancia geoestrágica vital. Y también económica. Son miles de millones los que España se ha dejado en el desaire a Argelia.
Por si esto no fuera suficiente, en un nuevo alarde de disciplina, el otro día el Partido Socialista compromete su crédito en la Eurocámara y se descuelga de una votación para condenar la persecución de periodistas en Marruecos. Esto lo ha explicado muy gráficamente Juan Fernando López Aguilar, ilustre socialista, exministro.
No parece una relación muy compensada o muy equilibrada. Máxime cuando el primer titular que ha dejado el relevante acuerdo de Alto Nivel con Marruecos es que Mohamed VI no recibirá a Pedro Sánchez. Se ha quedado en Gabón en su residencia de vacaciones.
Dicen ahora desde la Moncloa que la audiencia nunca estuvo prevista. Miren, es la primera vez que Mohamed VI desplanta a un jefe de gobierno español, incluso recibió a Zapatero cuando era tan sólo el líder del PSOE en la oposición. Si por algo se caracteriza el régimen de Marruecos, además de por su persecución a la prensa libre, es por su diplomacia. Cada gesto es medido y el desaire del Rey de Marruecos a Pedro Sánchez también. Le ha despachado con una llamada por teléfono desde su residencia en Point Denis, a las orillas del río Kuomo, en Gabón.
La conclusión de la conversación es que ha emplazado a Sánchez a una próxima visita a Marruecos. Esta relación no parece demasiado equilibrada.
Llama la atención desde luego pero sobre todo teniendo en cuenta que no habrá habido un Gobierno en toda la historia que haya tratado con hecho fehacientes de tratar de congraciarse con el régimen de Marruecos. Hasta el punto de que, de forma inopinada y unilateral, sin informar a la oposición ni a su propio partido, Pedro Sánchez decidió renunciar al papel histórico de España como potencia administradora del Sáhara, enajenar a Argelia y entregar una valiosísima baza diplomática.
No será porque no se había avisado. El PSC ha cuadrado el círculo y se ha convertido en la muleta que le servirá a Pere Aragones para prolongar, si bien renqueante, la legislatura. Hay acuerdo para aprobar los Presupuestos en Cataluña y lo primero que llama la atención es la forma vergonzante en que se ha publicitado. Contando antes lo que no es que lo que es. Escuchen las prevenciones de Salvador Illa, líder del PSC, que no parece demasiado orgulloso de lo acordado
Y eso que al parecer ha logrado imponer algunas demandas muy importantes. El acuerdo acepta incluir la modernización del aeropuerto de El Prat, por ejemplo. Pero también allana la legislatura a Pere Aragonés, que preside uno de los gobiernos más débiles de todo el tejido autonómico español.
Fíjense que el acuerdo se vende por lo que no es. Insisten las partes en que no es un acuerdo de legislatura. En que no significa una alianza estable. En que no es… no es… no es…. no es… pero es… porque lo cierto es que desde se produjo la ruptura de Esquerra con Junts en el Gobierno de la Generalitat nos veníamos maliciando que el PSC iba a terminar cuadrando el círculo de la sociedad de Sánchez con los independentistas. Vamos a ver… ¿Si Esquerra apoya a Sánchez en Madrid por qué Illa no iba a apoyar a Esquerra en Barcelona? Quid pro quo y no olviden que Pere Aragonés es un presidente de la Generalitat que promete que tarde o temprano habrá un referéndum por la independencia.
Hoy ha estado Alberto Núñez Feijóo en Más de Uno con Carlos Alsina. El presidente del Partido Popular se ha referido precisamente a esto. Núñez Feijóo ha hablado de otros asunto de la actualidad nacional. Por ejemplo a la subida del salario mínimo profesional que ha anunciado Pedro Sánchez desde la tribuna del Senado.
O ha defendido su propuesta de que sea la lista más votada la que gobierne después de unas elecciones. O a su oferta para prestar sus votos para una reforma o corrección inmediata la de la ley del sólo sí es sí.