EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Lo que aqueja a Sánchez no es ignorancia sino cinismo. Tiene una obsesión con el poder"

El monólogo de Rafa Latorre en el que reflexiona sobre el ultimátum de Sánchez al PP para renovar el CGPJ.

Rafa Latorre

Madrid | 12.06.2024 21:25

Hoy, desde luego, se ha esforzado Pedro Sánchez en crear un clima conciliador para tratar de unir a una España en la que él es cada vez más minoritario. Después de ubicar en la ultraderecha al PP de Feijóo, esto es de declarar a la oposición ilegítima, anunció una ofensiva contra los medios, un poco de jarabe democráticos a los contrapoderes. Eso lo hizo en la clásica coreografía con Gabriel Rufián, que es quien suele darle los pases de la muerte para que él luego remate.

Ya en Televisión Española sugirió la posibilidad de arrebatarle aún más atribuciones al Poder Judicial.

No es muy tranquilizador esto de proponer reformas regresivas de la Justicia justo cuando tu entorno más cercano, tu hermano y tu mujer, están siendo investigados por posibles delitos de corrupción. Tampoco que anuncies un mayor control de los medios y de sus fuentes de financiación tras varias derrotas electorales.

Claro que lo más tranquilizador de esta jornada turbulenta es oír determinadas afirmaciones en la voz de un presidente del Gobierno.

Todo empieza por aquí. Por esta confusión impropia de un gobernante democrática, que ignora o finge ignorar que la soberanía nacional reside en el pueblo español y que el Congreso no vuela libre sin limites ni contrapesos por encima del resto de los poderes del Estado.

Aquí es donde empieza todo porque de un afirmación semejante se entiende que pretenda someter a los jueces con una exigua y circunstancial mayoría parlamentaria.

La asociación mayoritaria de jueces ha mostrado su "profundo rechazo y preocupación" ante la "idea peregrina" del presidente del Gobierno sobre un nuevo sistema de nombramientos de altos puestos judiciales. Es que lo que propone Pedro Sánchez ya no es sólo reducir las mayorías para nombrar a los vocales del CGPJ sino incluso despojarles de la autoridad para hacer determinados nombramientos.

Es que fíjense que el CGPJ ya está maniatado, no puede hacer nombramientos en interinidad. Lo que propone es directamente un nuevo sistema en el que los jueces pierdan aún más autonomía e independencia.

¿Y quién nombraría a los magistrados del Supremo? ¿Por el mismo sistema que el Constitucional? ¿Y así que un exministro de Justicia pueda ser magistrado del Supremo?

Fíjense lo lejos que ha llegado hoy con sus afirmaciones Pedro Sánchez. Lo que da vértigo es de donde partió. Yo ya sé que esto de tirar de fonoteca con Sánchez es algo ridículo porque ya todo el mundo sabe lo que vale su palabra. Pero conviene no sucumbir al desánimo. Nunca viene mal recordar que un día Sánchez prometió que regeneraría la vida democrática con una medida como esta.

Esto quiere decir, sencillamente, que no es ignorancia sino cinismo lo que le aqueja. Sabe dónde está el bien, pero camina en dirección contraria porque tiene una obsesión con el poder y en este caso, además, es fácil asociar su revancha a la investigación por corrupción de su entorno más cercano.

Por de pronto: El PP rechaza la reunión con Bolaños y pide a Bruselas que vigile el ultimátum de Sánchez sobre el CGPJ.

No son sólo los jueces los que han elevado la voz de alarma. Es muy relevante lo que está ocurriendo en la Fiscalía. Los fiscales del Supremo contra el inidóneo Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, y se resisten a que le impongan que el golpe contra el que lucharon jamás ocurrió.

Ayer ya les adelantábamos el conflicto y hoy es público, notorio y oficial. Los fiscales se han rebelado contra García Ortiz. ¿Por qué y cómo? La razón es que el Fiscal General actúa como el ministro número 23 y pretende imponerles que se sometan al criterio del Gobierno… más bien al interés del Gobierno… e informen de que la malversación es perfectamente amnistiable.

Ellos se resisten. Y han dado un paso prudente para evitar que les pase por encima el rodillo de la disciplina jerárquica. Le han pedido al García Ortiz que les envíe la orden por escrito.

¿Por qué? Porque consideran que la orden es ilegal. Todo está en este párrafo: «ya que estimamos que su aplicación en lo que concierne al delito de malversación de fondos públicos es improcedente y contraria a las leyes por no ajustarse a los criterios más elementales de lógica jurídica y de legalidad penal exigibles en la interpretación y aplicación de la norma».

Veremos si el Fiscal General del Estado se atreve a pedirles por escrito un informe positivo sobre la amnistía de los delitos de malversación. Por si el inidóneo Álvaro García Ortiz no tuviera suficientes problemas ya con la Justicia.

Hoy ha ocurrido algo también muy relevante en el Congreso y es que Pedro Sánchez ha desplegado su cartografía política y ya ubica a todos los partidos de la oposición… Esto es muy importante… a todos los partidos que no le votaron en la investidura… en la ultraderecha.

Se dan cuenta de que este es un presidente, otra vez declarando ilegítima a la oposición, pero es que además se da la ridícula circunstancia de que Sánchez será, junto a Scholz, el negociador de los socialdemócratas europeos con el Partido Popular Europeo. Y considera a uno de sus miembros más destacados, el partido más votado en España de extrema derecha.

La estrategia es demasiado burda pero es que además se acompaña de otra muy evidente y muy grosera. Que es mencionar todo el día a ese delirio con patas que es Alvise. Es el mayor publicista que hay de este hombre. Hoy se lo ha llevado a la boca 6 veces en el Congreso y en TVE. ¿Qué pretende con ello? No creo que sea necesario siquiera explicarlo. Si es él, el mayor patrocinador de radicales que hay en el Congreso…