EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Lo que ha colocado a Isabel García en el disparadero no es la teoría sino el negocio"

El monólogo de Rafa Latorre en el que reflexiona sobre el futuro de Biden, el negocio de Isabel García con los puntos violeta y el caso Begoña Gómez.

ondacero.es

Madrid | 18.07.2024 20:19

En el Partido Demócrata crece la opinión de que la candidatura de Joe Biden no pasa de este fin de semana. Es verdad que está produciendo una modulación del mensaje. Ha pasado de decir que es el mejor candidato posible, que su reelección está en manos del todopoderoso, a dejar la decisión en las manos de los médicos. Y ahora el New York Times ya publica que Biden se muestra "más receptivo" a escuchar peticiones para que renuncie.

Lo más probable es que deje que pase el estruendo de la convención republicana de Milwaukee e inicie un nuevo ciclo informativo con el anuncio. Alguien de la importancia entre los demócratas como Nancy Pelosi y otros aliados Biden le han mostrado datos de encuestas que indican que está detrás de Trump en los estados en disputa, y los legisladores temen que arrastre consigo a los candidatos a la Cámara de Representantes y al Senado. El Washington Post publica a esta hora que Obama cree que Biden debería considerar seriamente su candidatura.

Así que quizás en unos días será una situación resuelta. Por el momento el contraste entre las dos campaña es feroz. Joe Biden se encuentra aislado en la Casa Blanca, infectado por Covid…

A Donald Trump le espera un baño de masas con resonancias mesiánicas en Milwaukee. Es el gran día de la nominación y sus seguidores lo esperan con un curioso complemento, un apósito en la oreja que recuerda el cercano día en que fue asesinado. Hace unas horas escucharon a su compañero de ticket JD Vance y en unas horas será el propio Trump quien pronuncie el discurso de su nominación. Se espera un tono algo más mesurado de lo habitual, porque él ha decidido imprimirle a su campaña un tono más presidencial para no ahuyentar con su radicalismo habitual a una parte del electorado. Será otro Trump al que se enfrentó a las elecciones de 2020. En cuanto Biden, no será otro Biden, sencillamente será «otro».

A Isabel García nunca le han recibido bien los socios del Gobierno. ¿Que quién es Isabel García? Pues habrá muchas, pero a la que nos referimos es la directora del Instituto de las Mujeres.

Nunca ha sido bien recibida pero lo que puede acabar con ella no son sus declaraciones sobre la ley trans ni su concepción biológica de lo que es ser una mujer. Lo que va a acabar con ella es el negocio de los puntos violeta. ¿Que qué son los puntos violeta?

Se definen así: « espacios de atención, información y ayuda a víctimas de cualquier tipo de agresión sexista, además de sensibilización y visibilización ante la sociedad de las agresiones sexistas en las fiestas»

Hace unas horas El Español publicó que una empresa de Isabel García y su mujer habían hecho un buen negocio, con una facturación superior a los 250mil euros, gracias a la instalación de estos puntos violetas gracias a la adjudicaciones de diferentes ayuntamientos socialistas. Esas adjudicaciones se habrían producido antes y después de haber sido nombrada para el cargo.

Su situación es delicada, porque por ahora nadie ha negado que esto sea cierto y afecta mortalmente a la credibilidad de estas iniciativas, porque puede sugerir que lo que buscan sus promotoras es la recolección de rentas.

Isabel García nunca ha sido bien recibida por los socios del gobierno, porque en la lucha cruenta del feminismo, ella se sitúa en el feminismo convencional o clásico, que considera que las transexuales no son mujeres y el ministerio de la Igualdad es el campo de batalla entre las dos culturas que enfrentan al feminismo. Pero lo que ha colocado a Isabel García en el disparadero no es la teoría sino el negocio. Hoy las fuerzas que apoyan al Gobierno y una parte del Gobierno mismo exigen su dimisión como directora del Instituto de las Mujeres

Sumar ha sido explícito, a través de su portavoz Iñigo Errejón. De Podemos cabía esperar una gran beligerancia porque jamás perdonó que no se mantuviera a Irene Montero como ministra de Igualdad y siempre se opuso entre acusaciones graves al nombramiento de Isabel García.

Todos miran ahora a quien ha nombrado a Isabel García, que es la ministra de Igualdad Ana Redondo. Es también la encargada de cesarla pero por ahora no se decide a dar el paso. Digamos que Redondo se ha situado en un limbo de pura inhibición. Porque ni apoya la permanencia de Isabel García ni se decide a cesarla. Pide tiempo para tomar una decisión.

Begoña Gómez ha vuelto a dirigirse al juez a través de su defensa al juez Juan Carlos Peinado con una petición. Le pide que suspenda la declaración de mañana de dos cargos de la Universidad Complutense. Se trata del interrogatorio en calidad de testigos del vicerrector de Planificación, Coordinación y Relaciones Institucionales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), José María Coello de Portugal, y de su predecesor en el cargo, Juan Carlos Doadrio, dado que en la denuncia inicial de Manos Limpias no hay referencia alguna a la universidad ni al delito que pudiera haberse producido en su seno.

El abogado Antonio Camacho vuelve a reiterar como en escritos anteriores que existe una "indeterminación" en cuanto al objeto de lo que se está investigando, y que esta realidad "ha sobrevolado este procedimiento desde el inicio de las presentes diligencias".

Claro, es que este es otro caso, seguramente más comprometedor, pero distinto. No es Manos Limpias quien denuncia sino la Universidad Complutense quien le pide al juez que investigue una posible apropiación indebida por la célebre historia del software de la Universidad que Begoña Gómez registró a su nombre en la Oficina de Patentes.

Eso es lo que ahora más preocupa en la Moncloa. Porque no se trata de un seudosindicato quien denuncia sino una universidad pública la que pide que se investigue algo tan concreto como una apropiación indebida de patrimonio de la entidad. Obtenido además gracias a una inverosímil negociación en la que Begoña Gómez habría conseguido, por lo que sea, que compañías como Telefónica, Indra y Google trabajen gratis para su Máster. Es más, le salga la cuenta a deber. Unos 150mil euros dilapidaron en el regalo. Quizás es que lo concebían como una inversión.

A Pedro Sánchez le han preguntado a su llegada a la Cumbre de la Comunidad Política Europea en Oxfordshire. Pero ya saben que él no tiene que dar explicaciones por nada de esto. Son los medios los que tienen que dar explicaciones por publicarlo.

El monólogo de las ocho: "Lo que ha colocado a Isabel García en el disparadero no es la teoría sino el negocio"