Llegan las caravanas electorales a su destino, en una hora conectaremos con los mítines de cierre de campaña de los partidos. Están echando el resto en unas elecciones que el PP ha querido plantear como un plebiscito sobre Pedro Sánchez y en la que es probable que se confirme lo siguiente: el PSOE absorberá buena parte de Sumar, que puede quedar tan cerca de Podemos que el liderazgo -es un decir- de Yolanda Díaz quede dañado de muerte. Sumar se ha quedado sin espacio, atrapado entre un PSOE cada vez más descentrado y la izquierda montaraz de Pablo Iglesias. Vox aguantará y es muy probable que sea segunda fuerza confirmando la buena salud de la que goza la derecha radical en el continente. Sánchez tiene un empeño muy especial en meter en campaña a Alvise, el candidato de Telegram, un tipo especializado en difamar y perseguir a los políticos y que más que un programa persigue el aforamiento.
Europa se juega mucho, un nuevo tiempo con la reconfiguración de las alianzas en la eurocámara, con una invasión a sus puertas, la pérdida de influencia frente a Asia Pacífico y la emergencia de fuerzas nacionalpopulistas, con rasgos diferenciados, como Le Pen, Orbán, el propio Vox, el AFD… y con una misma propuesta de repliegue nacionalista frente a las sociedades abiertas. En España la campaña ha estado monopolizada en su recta final por los escándalos, no ya al Gobierno sino a la Moncloa misma y al entorno familiar de Pedro Sánchez.
Ayer les advertimos de que el nuevo campo de batalla del caso Begoña Gómez es la Universidad Complutense de Madrid y la presión sobre el rector Joaquín Goyache se incrementa. Porque ha de decidir si la entidad se presenta como parte perjudicada. Hoy el rector ha anunciado ante el Consejo social de la Universidad que ha solicitado al Ministerio de Industria la relación de patentes abiertas a favor de Begoña Gómez y que trabaja con la máxima transparencia y diligencia para defender los intereses públicos de la Universidad Complutense de Madrid.
Lo que inquieta de este anuncio es el plural… ¿patentes? Se sabía de una, el software que Begoña Gómez habría negociado con Indra, Telefónica y Google. ¿Cuántas más hay? Por otro lado, no sé a qué se debe esa demora.
Le explicamos el doble filo de este caso que puede ser el más delicado al que se enfrenta Begoña Gómez. Por un lado está su relación de las empresas. ¿Cuál es su poder de convicción para conseguir que tres empresas le hagan un software gratis? Y luego está la posible apropiación indebida de un bien público, al inscribir ese software a su nombre.
De ahí que Goyache sea hoy percibido como el hombre clave. Porque en un principio demostró un desinterés por el caso que a la Comunidad de Madrid le resultó más que preocupante. Por eso decidieron anunciar que lo sentarían en una comisión de investigación.
Este es un asunto muy diferente que no entra dentro de la instrucción del juez Peinado, que sigue recibiendo todo tipo de invectivas por parte de miembros del Gobierno. El problema de lo que llamaríamos la teoría de la prevaricación es que la Fiscalía Europea también se ha puesto a investigar y eso es porque ha visto indicios de posibles delitos de malversación, tráfico de influencias y prevaricación. O sea que la mujer de Pedro Sánchez afronta una doble investigación judicial por sus recomendaciones al empresario Juan Carlos Barrabés.
