Aunque sea uno de los fracasos que más desalienta al electorado de la izquierda, ya quisiera el gobierno que hoy la discusión pública se centrara únicamente en el problema de la vivienda. Por mucho que haya un temor real a un efecto como el del 15M, que, recordemos, se lo montaron a un gobierno socialista y que en las elecciones generales que le siguieron el PP obtuvo la mayoría absoluta más holgada desde Felipe González.
Ya quisieran que hoy todo su problema fuera este, aunque demuestre su impotencia legislativa y la discordancia entre dos culturas económicas en el Consejo de Ministros. Ayer hubo una manifestación multitudinaria y con una edad media bastante joven para reclamar soluciones que les permitan emanciparse y la respuesta que hoy ha recibido de Pedro Sánchez es una improvisación bastante insultante. No ya porque nada garantiza que un bono no se repercuta en el precio sino porque la medida ya estaba en vigor en 2022 y 2023. Pero oiga, todo sea con tal de cambiar de tema e iniciar un nuevo ciclo informativo.
Va a necesitar algo más que la regurgitación de bonos para cambiar el signo de la conversación. Aunque tengan unos socios tan dóciles. Oigan, ya es curioso, es que hubo un tiempo en que a la izquierda del PSOE no había un partido sino un Comité de Salud Pública y hoy uno atiende a los dirigentes de Sumar y parece que aquí no ha pasado nada.
Destaca, sobre todos, el testimonio tan pastueño del ministro de Cultura, Ernest Urtasun. Es verdad que lo están promocionando como el delfín de Yolanda Díaz, pero con esta actitud tan lanar difícilmente va a conmover a quienes tienen una idea algo más ambiciosa de la regeneración pública.
El comienzo de su declaración es muy llamativo. Así que Sánchez ha dado todas las explicaciones. Si no ha explicada nada, ni siquiera por qué cesó a Ábalos y qué sabía cuando lo cesó. De todas maneras convendría que lo cómico de esta frase no impidiera escuchar el resto.
Dice Urtasun que no hay herramientas para luchar contra la corrupción. Hombre, todo empieza por no indultar a quienes sí han sido condenados por corrupción. O por no amnistiar a quienes ni siquiera han sido juzgados por ello. Es que ese será uno de los legados más imborrables de este gobierno. El haberle perdonado sus delitos a unos malversadores, haber reducido las penas por malversación y haberlo acompañado de una pedagogía perversa sobre el uso de los fondos públicos.
No es el mejor día desde luego para que la Fiscalía reabra el debate sobre la impunidad de los malversadores del procés. La Fiscalía apoya conceder de nuevo un indulto al ex vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras. La teniente fiscal del Tribunal Supremo, Ángeles Sánchez Conde, ha remitido un informe a la Sala Segunda donde sostiene que después de que el tribunal haya rechazado amnistiar el delito de malversación agravada por el que fue condenado el dirigente de ERC, procede a otorgarle un nuevo indulto por parte del Gobierno de Pedro Sánchez.
Y mientras tanto, en la cárcel sigue incomunicado el muñidor de la organización criminal que denuncia la UCO. Hay noticias de Víctor de Aldama. Ha presentado un escrito en el que pide al juez su libertad porque, a su juicio, ha sido encarcelado como mero "instrumento de presión" para que revele información hasta ahora desconocida sobre sus actividades.
En cuanto a Ábalos, mientras espera la imputación del Supremo, ya tendrá claro que sus excompañeros de partido quieren cargar con todo el mochuelo, esto es, convertirlo en el personaje indeseable al que culpar de todo. Pero se siguen conociendo ramificaciones del caso.
Es verdad que lo de las mascarillas es el chocolate del loro pero, miren, un alto cargo del Ministerio del Interior ha reconocido este lunes ante el juez que instruye el caso Koldo que facilitó a un subordinado el teléfono del propietario de la empresa de la trama, si bien se ha desmarcado de la adjudicación de un contrato de mascarillas por 3,4 millones de euros.
Y dirán ustedes, ¡Caray, con el chocolate del loro! No lo digo yo, fue el propio Ábalos quien lo dijo. Luego en una entrevista en eldiario.es le repreguntaron por esto. ¿A qué se refería?. Y contestó: "Al volumen de inversión y gasto del Ministerio de Transportes, que es un Ministerio de obra pública y de adjudicaciones. Esto no es nada. Y esto, además, era coyuntural, era por la pandemia. Pero este Ministerio todos los años, de modo ordinario, gestiona un presupuesto de inversiones impresionante".
Claro, puede que sea especialmente inmoral pero las posibilidades de negocio en otras actividades reguladas son mucho mayores. Fíjense en lo de los hidrocarburos y en el caso de Villafuel. Ahí el fraude puede ser de proporciones bíblicas.
Y ahora hablemos de las bolsas de dinero. La portavoz socialista Esther Peña dice que lo demuestren, que demuestren que esos empresarios que ahora dicen que llevaron bolsas con 90.000 euros en efectivo a Ferraz estuvieron realmente allí.
Ahora, dice una cosa que no es cierta. La ley no dice que haya que destruir los registros cada mes. No lo dice. De hecho no obliga de manera general a destruir los registros de entrada de las sedes de los partidos, pero sí exige que se eliminen cuando ya no sean necesarios para los fines establecidos, respetando los principios de la protección de datos. Pero en el fondo da igual, porque es tan fácil como levantar un torno.
Hoy el PP ha presentado una querella por financiación ilegal del PSOE basándose en una información publicada por 'The Objective'. Se basan en el testimonio aún bajo secreto de un empresario que fue estafado en el caso de los hidrocarburos y que le contaba a este medio que había llevado más de 90.000 euros en una bolsa de plástico a la sede de la calle Ferraz. Precisamente cuando los periodistas tenían prohibido el acceso por las restricciones de la pandemia.
Al respecto, dos reflexiones. Los esforzados de siempre dicen que es es un bulo de un pseudomedio. Es justo lo que llevaban diciendo desde hace tres años cuando empezaron a salir las informaciones sobre Ábalos y ahora, sin embargo, las copian a toda prisa como si se acabaran de dar cuenta.
Segunda reflexión: Una cosa son las investigaciones periodísticas y otras las judiciales. Unas pueden permitirse ocultar las fuentes, en las otras si la fuente no comparece no hay nada. La ansiedad termina siempre pudiéndoles y como tienen que demostrar que algo hacen terminan precipitándose.
En cuanto a la política, descarten por el momento una moción de censura. Lo cierto es que no tiene demasiado sentido la prisa, porque el Gobierno ya va a someterse a una cuestión de confianza con la votación de los Presupuestos: de facto lo es. La tramitación de las cuentas puede demostrar que Sánchez está en minoría en el Congreso, para qué va el Partido Popular a exponerse a demostrar que no hay una mayoría alternativa.