EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Sánchez acude a la militancia para aprobar algo que carece de autoridad moral"

Rafa Latorre reflexiona en su monólogo sobre el comité Federal que ha convocado el PSOE y de los seis años de la DUI que reivindica Puigdemont.

Rafa Latorre

Madrid | 27.10.2023 20:15

Mañana hay Comité Federal y dicen que Emiliano García Page hará oír su voz en contra de la amnistía. Lo que pasa es que pronto esa voz será acallada por el rugido atronador de la militancia.

Porque Pedro Sánchez, fiel a su naturaleza plebiscitaria, coherente con su forma de dirigir el Partido Socialista, ha decidido convocar una consulta que le de carta blanca para negociar con los independentistas sin más límite que su voluntad.

El plebiscito es la democracia de aluvión. Lo reduce todo a una cuestión binaria, sí o no, sin matices ni transacciones, y es la herramienta favorita de los plebiscitarios. Una consulta es una pregunta retórica, quien la convoca sabe bien cuál debe ser la respuesta y por eso es tan importante la redacción. ¿Qué va a hacer Sánchez? Pedirle a la militancia que autorice su pacto de coalición con Sumar y el acuerdo parlamentario con Junts, Esquerra o Bildu, pero sin mencionar la amnistía que es necesaria para rubricarlo.

Es como preguntar: ¿Socialista, quiere usted que gobierne el partido en el que milita? Esta es sólo la forma más contundente de anular cualquier discrepancia interna. Mediante la apisonadora asamblearia. Es la forma más drástica de acallar las voces críticas. Mediante el rugido de la militancia

En realidad, tiene todo el sentido que Pedro Sánchez acuda a la militancia para dotarse de autoridad para aprobar algo para lo que carece de autoridad moral. Es lo que siempre ha hecho, es más, es que el cambio más profundo que habrá supuesto el paso de Sánchez por la secretaria general habrá sido el sustituir la deliberación interna por el rugido de la militancia.

Antaño el Comité Federal era una cita que el secretario general tenía que prepararse con esmero, porque allí podía toparse con una oposición interna que expusiera sus argumentos y que en casos críticos amenazara su liderazgo. ¡Si lo sabrá Sánchez! ¡Que fue defenestrado con deshonor en un Comité Federal porque sospechaban que haría la diezmillonésima parte de lo que ha terminado haciendo!

¿Y qué, si los militantes van a votar por unos acuerdos cuyos términos desconocen por completo?

Ese trauma, por cierto, explica mucho del devenir político de Sánchez. El Comité Federal es un órgano que ha sido despojado de sus atributos con la aprobación de un reglamento que verticaliza el partido y que en última instancia impone el cerrojo de la militancia. Así que sí, dicen que se escuchará la voz del barón díscolo Emiliano García Page. ¿Y qué, si los militantes van a votar por unos acuerdos cuyos términos desconocen por completo? Sánchez prometió que cuando le fuera encargada la investidura explicaría los términos exactos de su oferta a los independentistas. No sólo no ha sido así sino que ni siquiera hay una fecha para el pleno de investidura.

Además, tampoco Page hila demasiado fino. La amnistía no perdona el delito porque no es una medida de gracia. La gracia está en el indulto, donde el poder y el reo reconocen la legitimidad de la sentencia e invocando un bien superior deciden extinguir la pena. Lo que la amnistía extingue es el delito, no sólo la pena, de manera que es una impugnación del Estado de derecho que persiguió y consiguió frenar el golpe de octubre con el que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras et al, trataron de convertir, entre otros, a Pedro Sánchez en extranjero en Cataluña.

Fíjense que casualidades tiene el calendario que hoy se cumplen exactamente seis años de aquella Declaración unilateral de independencia.

Eso es lo que una amnistía viene a legitimar. Fue la primera demanda que Puigdemont expuso cuando supo que sería un sumando necesario para la investidura: la legitimación del 1 de octubre.

Hoy para celebrar el aniversario, el fugitivo en Waterloo ha escrito un tuit. Este es de los cortos, porque como tiene mucho tiempos, de vez en cuando se lanzan con obras de largo aliento y escribe tuit que parecen Guerra y Paz. Esta va cortita y al pie.

"El Parlamento es el representante legítimo del pueblo de Catalunya. Todos los pueblos tienen derecho a la autodeterminación. Es a partir de esa legitimación y de los resultados del referéndum del 1 de octubre que hoy hace seis años, el @parlamentcat proclamó la independencia de Catalunya. Ni hemos renunciado ni renunciaremos a ello, por más dificultades que haya y por más esfuerzos que algunos hagan para desdecirse".

O sea, que considera que está perfectamente legitimado para reactivar la declaración de independencia.

Ya ven que la amnistía que propone el Cercle de Economía es una fantasía en la que sólo creen los empresarios del Cercle de Economía. Porque esta amnistía no viene a redimir a los independentistas, que no consideran que haya nada que redimir. Y además será una amnistía contra la mitad menos uno del Parlamento, es decir contra la oposición. ¿Qué clase de encuentro es ese? ¿Encontrarse con Puigdemont para divorciarse de media España?

Bueno, con Puigdemont o con Junqueras, porque Esquerra ya ha dicho que no acepta que en la exposición de motivos se diga lo que fue el procés.

Esa exposición de motivos es crucial, porque fijaría el relato que vendría a justificar la amnistía. Si de ahí lo que se deduce es que es el Estado el que se postra de hinojos para reclamar el perdón de los delincuentes del 1 de octubre, entonces, será aceptable para los socios de Sánchez.

Aquí lo que importa es que no gobiernen los otro

Porque alguna razón para la amnistía hay que inventarse para no tener que reconocer la verdad, que es que Sánchez necesita los votos de los independentistas para ser investido y por eso la concede. Porque a Sánchez ya le han advertido juristas nada sospechosos de que, si ya es dudoso que una amnistía tenga alguna justificación constitucional, garantizarse la investidura es un fin espurio que la convierte en intragable hasta para el más voluntarioso jurista. O hasta para el jurista más cándido, ustedes ya me entiende. Entonces van a tener que inventarle un fin que remita al interés general.

Esto será lo que sancionará con su voto la militancia socialista. Porque irá en el mismo pack que todo el acuerdo de investidura y sabemos que aquí lo que importa es que no gobiernen los otros.

Y esto es lo que ha tratado de explicarle Alberto Núñez Feijóo al comisario europeo de Justicia Didier Reynders, como ha contado en una entrevista en Canal Sur.