Es conocida la ductilidad de las opiniones y también de los afectos de Pedro Sánchez. Giorgia Meloni pasó de ser una nostálgica a querida Giorgia en lo que duran unas elecciones. Luego levantó el cordón sanitario a su candidato a comisario europeo y también al de Viktor Orban con el único fin de garantizar que Teresa Ribera fuera la vicepresidenta.
Esto no tiene nada de particular, también Junts pasó de ser el partido del Le Pen catalán a un partido perfectamente integrado en una mayoría progresista que cerraría el paso a los ultras. No tiene nada de particular porque es sabido que el antifascismo de Sánchez es como todo en él… puramente instrumental. Si hiciera falta volver a enterrar a Franco en el Valle de los Caídos, para volver a desenterrarlo, lo haría sin problema.
Ahora tendrá que condecorar a Giorgia Meloni con la Gran Cruz de Isabel la Católica, lo que no tiene tampoco nada de particular, porque, de hecho, es lo preceptivo tras una visita oficial como la que hacen los Reyes. Lo que pasa es que vuelve a dejar en cueros la propaganda gubernamental y además le brinda una ocasión a sus socios más díscolos para hacer una de esas exhibiciones de pureza que tanto le gustan a Podemos.
Dice Irene Montero en Twitter: "Y eso que pedían el voto para frenar a la extrema derecha. Con este PSOE no hace falta PP". La estrategia de Podemos ya se reduce a denunciar el entreguismo y la cobardía de este gobierno, que es la izquierdita cobarde. ¿Les suena?
Si calificamos de histórico el viaje de Estado de los Reyes a Italia no es porque no haya unos lazos antiguos, de casi vecindad, que unen a España con el país de la bota. El país transalpino, que dirían los de deportes. No. Lo verdaderamente histórico es el discurso que el Rey ha pronunciado ante las Cortes italianas, porque es la tercera vez desde que se restauró la democracia que las cortes italianas han hecho una sesión conjunta para escuchar a un mandatario extranjero. La primera vez sucedió en 1998 con Juan Carlos I y la segunda en 2002 con el Papa Juan Pablo II.
Allí ha reivindicado la memoria para que el pasado trágico de Europa no vuelva a repetirse ni como caricatura. Se refiere, claro, al auge de los radicalismos, con esa elíptica referencia al Marx del golpe de Brumario. Que un Rey evocando siquiera de forma tangencial a Marx tiene su aquel.
El Rey se refería a la década de los 30, al auge de los autoritarismos. Esa década fue iniciada con un hito, el Mundial de fútbol de Uruguay de 1930, que ganó Uruguay. Fue el primer Mundial y en el centenario de aquella cita la organización del torneo de torneos le va a caer, entre otros, a España.
Una de las sedes del Mundial 2030, porque va a ser el Mundial mundial, un torneo trasatlántico que se jugará en Marruecos, Portugal, España, pero también en Uruguay, Argentina y Paraguay. Esta es una marcianada sin mayor trascendencia, lo grave es que hoy se ha conocido otra decisión de la FIFA, esta mucho más controvertida. Que es concederle a Arabia Saudí la sede del siguiente mundial, el de 2034. Ha despertado enormes críticas igual que ocurrió cuando se le concedió a Qatar, por las mismas razones. La principal es que viola sus propios códigos, porque Arabia Saudi es una satrapía autoritaria. Reincidencia balompédica.
Les estábamos hablando de España y de la política española. No sólo Podemos tortura a este Gobierno sin que este pueda contestarle. Los vapuleos sin respuesta de una nacionalista xenófoba como Miriam Nogueras a todo un presidente del Gobierno es una de tantas humillaciones que tiene que soportar periódicamente un español. Hoy ha vuelto a ocurrir en la sesión de control al Congreso. Con qué docilidad pastueña recibe las órdenes groseras de Miriam Nogueras el presidente… Con lo valiente que es contra Franco.
Hoy se ha celebrado la tradicional copa de navidad en la Moncloa. En esas citas festivas siempre se produce uno de esos corrillos con periodistas en los que el presidente comenta la actualidad. Ha dicho algo hoy verdaderamente estupefaciente y que incide en su batalla no contra el PP sino contra los jueces. Porque cuando dice que el PP juega con las cartas marcadas porque se supone que conoce de antemano las decisiones judiciales, lo que está haciendo es acusar a los jueces de hacer un frente golpista para derribar al gobierno mediante la prevaricación. Tan tremendo como eso.
Es difícil encontrar una acusación semejante a los jueces por parte de un presidente del Gobierno. Quizás habría que remontar al Felipe crepuscular, pero es que ni siquiera se atrevió nunca a tanto.
Aparte de que lo que ha dicho Sánchez es una sandez, con todos los respetos. Porque eso que dice Miguel Ángel Rodríguez de "palante" no es más que una bravuconada. Para anticipar algunas decisiones judiciales basta con leerse los autos o seguir las informaciones sobre los sumarios de los casos que están judicializados.
Por ejemplo, todos sabíamos que Ábalos sería imputado. ¿Por qué? Porque basta con seguir el caso. Y sin embargo estuvimos un mes engañados diciendo que Begoña Gómez no tenía la calidad de investigada, cuando sí estaba imputada.
De manera que eso de jugar con las cartas marcadas… Jugar con las cartas marcadas es informar a la Fiscalía de que un señor desconocido que tiene problemas con Hacienda es el novio de Ayuso. Y que la Fiscalía coja su expediente y lo haga público a través de los medios. Y luego lo envíe a la Moncloa para su distribución los correos confidenciales para un acuerdo de conformidad. Y todo para tratar de desviar la atención de los problemas con la Justicia de Begoña Gómez. Eso es jugar con las cartas marcadas y eso es lo que están ahora mismo investigando los jueces.