Iñigo Errejón ya es un cadáver político. Dimitió con un comunicado surrealista (fauvista) cuando empezaron a divulgarse los mensajes anónimos de mujeres que lo acusaban de comportamientos machistas. Lo que sea de él ahora depende de la investigación policial y, si procede, del procedimiento judicial, porque ya hay una denuncia interpuesta en una comisaría que describe unos hechos muy concretos y que señala la posible comisión de varios delitos. Esta ya no es, por tanto, una cuestión orgánica de Sumar, que ha demostrado que su celo feminista es solo para los demás, pues admiten que durante años no solo convivieron con señales y advertencias, sino que uno de sus cargos se dedicaba a apagar los fuegos. Ahora les hablamos de esta portavoz feminista llamada Loreto Arenillas, quien antes fue jefa de gabinete de Errejón y mediadora con las mujeres que se sintieron violentadas por él.
Estos son los hechos descritos en la denuncia: era septiembre de 2021. Iñigo Errejón presentaba un libro e invitó al acto a una actriz con la que llevaba un tiempo hablando a través de internet: Elisa Mouliaá, la denunciante. Al terminar el acto, ella le dijo que se iba a la fiesta de unos amigos y, por cortesía (siempre según su testimonio), le comentó que podía acompañarla. En el camino él le impone una serie de condiciones autoritarias, le exige que no se separe de él, y ya en el ascensor la besa sin su consentimiento y de forma muy agresiva, metiéndole la lengua en la boca.
Una vez en la fiesta, cuando la ve bailando con otra persona una canción de Los Secretos, él siente un ataque de celos. Eso cree ella, según consta en la denuncia. La agarra, la arrastra a una habitación, cierra la puerta, pone el pestillo, la tira en la cama, se saca el pene y empieza a hacerle tocamientos no consentidos. Ella dice que le parece que llega a quitarle el sujetador. “La declarante se sintió violentada y cortada. Sin embargo, decidió guardar silencio por quién era (Errejón)”, contiene la denuncia.
Poco después, Errejón la urgió a irse de la fiesta porque el coche llevaba cinco minutos esperándolos. Suben en dirección a casa del político. Por el camino ella recibe una llamada de su padre alertándole de que su hija de un año tenía cuarenta de fiebre. Una vez en casa del ya ex político, “sin mediar palabra comienza nuevamente a besarla en los labios mientras le realizaba tocamientos por la zona de los pechos y de los glúteos, todo ello por fuera de la ropa mientras trataba de trasladarla a su habitación”.
“La declarante le dijo que se estaba sintiendo muy incómoda y que seguía preocupada por su hija. Todo lo que le sucedía le estaba pareciendo muy violento, con lo que finalmente le terminó diciendo: ‘Iñigo, solo sí es sí, parece mentira que me esté pasando esto contigo’”. Le afea su actitud, él le dice que le servirá para aprender y se va.
Horas después escribe unos mensajes a una amiga que se incluyen en la denuncia. Dice: “Pues tía... decepcionadísima con Errejón”. “Fui a su firma de libro, luego cenamos y fuimos a casa de Borja y Soraya y me llevó a una habitación y me entró a saco...”. “Luego le dije que Sienna estaba malita con fiebre, que me llamó mi padre a las seis y, como ya íbamos en el coche, no te creas tú que me dijo de volverme o cogerme otro”. “Llegamos a su casa y siguió intentándolo, y ya le paré otra vez los pies y le dije que me estaba invadiendo”.
Estos son los hechos denunciados, y Errejón estará ya preparando su defensa. Porque ya no tiene que vérselas con los órganos de Sumar, sino con la Policía y su investigación.
En cuanto a lo de Sumar, emerge la figura crucial de Loreto Arenillas, hoy diputada en la Asamblea de Madrid y entonces jefa de gabinete de Errejón. Arenillas está siendo señalada como la que contribuyó a tapar el primer testimonio de los comportamientos compulsivos de Errejón: una denuncia anónima en Twitter en 2023. Arenillas habría mediado con una mujer que había relatado tocamientos no consentidos de Errejón en una fiesta.
Esa figura, la de la mediadora, es la que están utilizando quienes señalan que no solo hubo silencio en Sumar, sino que hubo quien contribuyó a evitar denuncias y a acallar las historias. La convulsión en la izquierda es tremebunda.
Porque además hablamos de un espacio en disputa. No es un secreto que Podemos trata de resucitar sobre las cenizas de Sumar, y desde luego hoy tiene argumentos para destrozar a Yolanda Díaz. Utilizará sin duda el hecho de que Irene Montero fue purgada sin misericordia y además se señala como cómplice el silencio de la formación, que o no supo ver o quiso tapar las actitudes de Errejón.
Acabado Errejón, comienza la guerra más cruenta. Escuchen en primer lugar al coordinador general de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, que también exige que la formación participe en la decisión de quién sucederá a Errejón en la portavocía de Sumar.
Hoy el Partido Popular señala la responsabilidad de quienes llevan años erigiéndose en faro moral y que, sin embargo, o no supieron ver o taparon los delitos sexuales de una de las figuras más relevantes de su espacio político.