EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Si todas las financiaciones son singulares, ninguna lo es. No cuela"

El monólogo de Rafa Latorre en el que reflexiona sobre la votación de la Junta de Fiscales de Sala que ha avalado amnistiar la malversación del procés.

Rafa Latorre

Madrid | 18.06.2024 20:29

Es lo que tiene el haber colonizado la Fiscalía con la minoritaria Unión Progresista de Fiscales. Que luego bien funciona la disciplina y te ayuda a salvar algunas situaciones comprometidas. En cualquier caso, Álvaro García Ortiz sale muy maltrecho del tenso debate mantenido en la Junta de Fiscales acerca de la amnistía de los delitos de malversación. Sin contar su voto, ha conseguido salvar la votación por la mínima: 18 a 17.

Qué clase de convivencia funda una ley que se ha mostrado divisiva en todos los ámbitos de discusión. Que ha dividido dramáticamente al Parlamento, ahora a los fiscales y que aboca a un choque institucional sin precedentes.

En realidad la votación era un mero trámite, porque iba a prevalecer la orden del Fiscal General del Estado y éste está firmemente determinado a imponer que se levanten cuanto antes las medidas cautelares y se borren todos los delitos de Puigdemont, Junqueras o Rovira. Incluso los delitos de corrupción.

Porque de eso se trata, si es posible hacer una distinción entre la malversación común y la malversación con fines políticos. Los fiscales del procés se niegan a borrar ese tipo de delitos. Se han negado a elaborar un informe positivo el Tribunal Supremo, de manera que García Ortiz ha encomendado a su número dos, la teniente fiscal, María Ángeles Sánchez Conde, y al jefe de lo Penal Joaquín Sánchez-Covisa, el respaldo de la amnistía aplicada también a la malversación.

Y en todo proceso el Fiscal General del Estado ha actuado en interés del Gobierno y en consecuencia el Gobierno lo protegerá y defenderá como si fuera el ministro 23 y eso no va a cambiar ni siquiera aunque fuera imputado por revelación de secretos en el caso del novio de Ayuso.

Ser portavoz desde luego no es fácil, ni siquiera cuando haces una selección tan minuciosa de los medios que pueden preguntar en la rueda de prensa. Hoy Pilar Alegría ha tenido una dura jornada, porque después de haberle concedido a Álvaro García Ortiz una carta blanca en su delicada situación, se ha enfrentado a la ardua tarea para una política que se dice progresista de defender la financiación singular, exclusiva y por tanto privilegiada para Cataluña. Si además de progresista es aragonesa la tarea se hace titánica. Se entiende por tanto que haya agarrado al último asidero al que se agarra este gobierno en las situaciones desesperadas. Que es atacar a Madrid.

Fíjense ustedes cuál es el argumento. O sea que no hay discutir sobre la financiación privilegiada de Cataluña porque resulta que Madrid baja los impuestos a sus ciudadanos (que debe de ser un pecado nefando). Hombre, siguiendo ese argumento finalista de la financiación nos encontramos de repente en el comienzo de esta portada. Este gobierno es el que trabaja contra viento y marea contra el Supremo la razón para amnistiar la malversación de fondos públicos del procés.

Siempre será mejor bajarle los impuestos a los ciudadanos, que freírlos a impuestos y malversar lo recaudado para gastarlo en la construcción de una república imposible, con sus embajadas, sus estructuras de Estado y hasta su agencia especial. O desde luego, no será peor. Pero nada. El ejemplo de gestión que merece premio es el de Puigdemont y el que merece castigo es el de Ayuso, cuando Madrid no ha dejado de crecer en inversión y de acoger empresas cuando lo que ha hecho el procés es ahuyentarlas de Cataluña.

El problema es que nada de esto es creíble porque la razón por la que se habla de una financiación exclusiva es únicamente los votos de Esquerra y Junts. La investidura de Sánchez, primero, y ahora de Salvador Illa. Y suena ridículo esto de decir que todas las financiaciones son singulares, porque si todas lo son ninguna lo es. No cuela, porque lo que no aceptan el resto de las Comunidades es que se dispense a Cataluña un trato bilateral y al resto se las incluye en un régimen común que en aras de la claridad bien podríamos denominar vulgar.

Esto no son cosas del PP. Miren, los paisanos de Pilar Alegría de la Chunta Aragonesista ya han alzado la voz y han dicho: Oigan, ustedes podrán aprobar esto en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, porque ahí el gobierno tiene el rodillo del veto, pero luego ya no cuenten con nosotros más. Y en esto se acompañan de los valencianos de Compromís. Escuchen Escuchén lo que decía Agueda Micó de Compromís y Jorge Puello de la Chunta.

Puede que la financiación privilegiada de Cataluña contribuya a deshilachar del todo ese entramado de intereses regionales y partidos que es Sumar. Hoy ha salido a tratar de apaciguar los ánimos Aida Vidal que es de los Comunes y, claro, apuesta por una financiación especial para Cataluña, con lo cual no va a ser muy convincente

¿Y esto va a servir para investir a Salvador Illa? No parece. Desde luego él no cuenta con ello. Hoy ha comenzado su ronda de consultas Josep Rull. Se ha reunido con el PP, con Vox, con la CUP, con los Comunes y con Aliança Catalana. Han sido reuniones protocolarias porque aquí lo que importa es lo que decida Esquerra y Esquerra no se decida. Ni siquiera sabe Esquerra lo que hará porque está en una crisis interna que puede acabar en guerra civil. Y que desde luego aboca a una repetición de las elecciones.

Es llamativo que ninguno de los que podrían presentar su candidatura quieran hacerlo. Tanto Illa como Puigdemont ha dicho «Aparta de mí este caliz». Así que, con toda probabilidad, lo que anunciará el presidente de la cámara catalana mañana mismo es que no hay candidato y que, por tanto, para que empiece a correr el reloj de la democracia, en lugar de una investidura va a convocar un acto equivalente. Esto es un teatrillo para cumplir con la liturgia. Hay un precedente en el Tamayazo. Lo cual desde luego no es muy alentador.

El monólogo de las ocho