No hay ni un minuto de descanso para el análisis, porque se suceden los acontecimientos. Todo tiene pinta de estar desmoronándose, pero ya saben ustedes que la verdadera habilidad de Pedro Sánchez es agarrarse al último peñasco.
El nuevo Parlament se estrena con desobediencia. Todavía no se ha publicado en el BOE la ley de amnistía y los independentistas responden con un desacato al Tribunal Constitucional al permitir el voto telemático de los huidos y eso les ha permitido infligir una severa derrota al PSC. Porque será un independentista quien presida la Cámara y no será un independentista cualquiera. Josep Rull, conseller del gobierno procesista de Puigdemont, el hombre que se hizo una foto haciendo como que trabajaba en su despacho el día que se aplicó el 155.
Eso permite anticipar que el candidato a la investidura será Carles Puigdemont. Porque será Rull quien lidere todo el procedimiento de la investidura. Además, en una jugada donde el sectarismo se ha impuesto a la cordura, el PP queda liberado de cualquier responsabilidad sobre Illa, porque le han anudado un cordón sanitario.
Si pretendía que las urnas fueran curativas… Ni siquiera si hubiera ganado un plebiscito habrían desaparecido los problemas de Pedro Sánchez, pero es que además lo ha perdido. Más claramente de lo que apuntaban los análisis apresurados de anoche… Así que pasadas las elecciones… los problemas de Pedro Sánchez siguen ahí sólo que agravados. Por de pronto el socios de coalición acaba de implosionar.
Es la enésima derrota electoral de Yolanda Díaz y también la definitiva. Abandona todos sus cargos en Sumar, igual que hizo en Galicia, heredó un fértil terreno electoral y se fue dejando la tierra arrasado. Sí mantendrá su vicepresdencia y su ministerio de Trabajo, pero ya nada impedirá que Sánchez prescinda de ella en la primera crisis de gobierno que plantee.
¿Qué es hoy Sumar? Quizás nada, porque hoy los veinte partidos que componen este defectuoso artefacto, se están reuniendo consigo mismos para iniciar la contienda interna. Izquierda Unida se sienta justamente agraviada, pero también Más Madrid. Una aporta organicidad y la otra votos. Ambas fueron desplazadas por los comunes y por Compromís. En realidad Yolanda Díaz no se ha ido de Sumar. Ha sido Sumar la que se ha ido de Yolanda Díaz. En esto seamos claros. En lo que es la batalla del rencor, Irene Montero la ha derrotado. Porque la ha derrocado. Le ocurrió lo que a tantos líderes, que subestimó el reto al que se enfrentaba y sobreestimó sus capacidades. Es verdad que llegó aupado por una de las mayores olas de papanatismo que jamás se hayan levantado y eso puede cegar.
Ya saben que la principal acusación a Yolanda Díaz es la de haberse sometido por completo a Pedro Sánchez. Ahora queda ya en sus manos sin remisión. Desde luego le ha hecho un última favor, porque ha permitido que el PSOE haya matizado un poco la derrota en el plebiscito que planteó Pedro Sánchez mediante la deglución de Sumar.
Aún así. Aún dejando a Sumar al nivel de un tal Alvise, la derrota ha sido inapelable. Ha perdido en 13 comunidades y ha visto como la distancia sobre el PP se duplicaba en votos respecto de las generales. Las urnas no paran los procesos judiciales, de manera que sus problemas habrían estado esperándole ahí incluso si hubiera ganado pero es que además la derrota los ha agravado.
Hoy mismo, la Fiscalía Europea pide asumir buena parte del caso de Begoña Gómez y el Fiscal General del Estado ha reconocido que fue él quien dio la orden de hacer pública información confidencial sobre el novio de Ayuso y ha asumido toda la responsabilidad.
Todo compone un cuadro político grave y es normal que anoche no quisiera poner la cara en la noche electoral. Son menos normales los aplausos con los que fue recibido en Ferraz, sobre todo porque sonaron como suenan los aplausos de circunstancias.
El que resiste gana, dijo Camilo José Cela. No es lo mismo, eh. Ni parecido. Resistir no es vencer y mucho menos es gobernar. Resistir no puede ser el horizonte de un dirigente. Lo siento pero no. Porque esto no es una cuestión personal. O no debería serlo. Sánchez resiste. Bien, ¿y qué?
Si ya no había gobierno, qué es lo que ahora queda. Pues éste es el argumento. Que en lugar de perder por 15 puntos ha perdido por 4. Ese es el horizonte. Bueno… ese y atizar el miedo a Alvise. Este agitador, difusor de bulos, al que Sánchez dedicó varias menciones en sus mitines, en la esperanza de que pudiera erosionar al PP. Pero a quien le ha complicado la vida es únicamente a Vox, que va a tener que lidiar con una especie de corriente salvaje aun más a la derecha y que debería tener mucho cuidado si no quiere quedar atrapado en la misma trampa que Sumar con Podemos.
El PP está ahora diseñando su estrategia pasado el ciclo electoral. Por el momento está observando lo que ocurre, porque conviene no precipitarse mientras se suceden los acontecimientos. Desde luego la legislatura se antoja imposible y por eso hoy el portavoz Borja Sémper enseña el mapa electoral cuando le preguntan si van a presentar una moción de censura.