Hoy en 'Hay que adecuar nuestro sistema judicial a los estándares democráticos', la Comisión Europea ha obligado a que rectifique su intención de elegir a los vocales del Poder Judicial sin contar con el PP. Pretendían nombrar a la cúpula de los jueces sin esa cosa cansadísima de poner de acuerdo a los dos partidos mayoritarios ahora en tiempos de urgencia pandémica, hay que darse prisa, ser ágiles, atraer a los espectadores con una superliga de jueces: la supertoga.
La medida se basaba en esta cosa de que la democracia es un engorro. A ver si para mandar hay que poner de acuerdo a dos o tres, no se hace nada. No será más fácil que mande solo ¿uno? Europa no lo ha visto bien. Por lo que sea. Ha salido a decirlo Juan Carlos Campo, ministro de Justicia y superhéroe andaluz. Hay un género político entero en las rectificaciones del Gobierno y sobre todo en sus justificaciones. Esta última es fantástica: el Gobierno no le ha dado importancia al no de Europa porque tenía la medida congelada como la merluza esa que te trajo tu madre.
Escribo sobre lo del fútbol como el que escribe sobre una civilización extraterrestre. Hay gente muy enfadada porque la Superliga va a convertir el fútbol en un manejo de una docena de clubes más importantes donde los pequeños no van a tener oportunidades de brillar y donde todo va a depender del dinero. No como ahora.