"La política es una actividad ingrata. Más aún cuando gobiernas. Tu salud depende de los demás, el dinero nunca llega donde lo necesitas y el amor se compra con indisimulado descaro. Y eso es tu vida. Solo la ambición de mando y el deseo de trascender pueden alimentar la férrea voluntad con los que la élite se atornilla en los espacios de poder cuando los alcanza", reflexiona Juan Ramón Lucas para arrancar La Brújula. "Bueno, y la influencia y el acomodo social, por no hablar de la inversión económica a medio y largo plazo. Esto no es confesable y resulta delicitivo en cualquier democracia", continua.
"Qué duro ha tenido que ser para el Gobierno de Pedro Sánchez evitar el bochorno político y un punto de descrédito europeo teniendo que apoyarse en los malotes de la calle del Congreso: en el más allá del mega cordón sanitario... en VOX y en Bildu. Se ha basado para apoyar en un decreto importantísimo en Vox y Bildu", asevera el director de La Brújula. "Tener que agradecerle algo a VOX ha tenido que ser durísimo", apunta Lucas, que recuerda que la vicepresidenta Carmen Calvo ha sido incapaz de agradecer al partido de Santiago Abascal su abstención para sacar adelante el real decreto sobre los fondos europeos. "¿Cómo hemos llegado a esto? Elecciones catalanas y bisoñez de Vox, ahí están las claves", explica Lucas.
¿La razón por la que Vox ha apoyado al Gobierno? "Era algo que no buscaban, pero quizá no le venga mal que el Gobierno le deba algo...", aventura Lucas.