El independentismo catalán siguen calentado, pero dentro de un oren sin pasarse, para no llevar el camino de sus colegas presos. Lo trivializan con su insolvente insolencia intelectual. Hay que atender a ello porque sigue siendo el mayor desafío político para España desde el 23F. En frente hay unos políticos que quieren engañar y manipular. Los anteriores estaban convencidos que no irían a la cárcel, predican al desobediencia, pero ninguno hace un mal movimiento.