Desde la silla de al lado su madre le tiende la mano. La niña que llora se sienta en su regazo. Ambas lloran como se llora cuando te llora la memoria. Hay una niebla invisible de recuerdo y añoranza. Esta mañana en Madrid se ha hecho un homenaje a los más de 100.000 muertos de la Covid. La pandemia aquí sigue y los que cayeron deben seguir en nuestro horizonte afectivo. Evocar el valor de los que dieron lo mejor de sí mismos, alimenta la esperanza en nuestras posibilidades. La imagen de la niña y su madre, quizá evoca al recuerdo del padre que ya no está. Lo verán si no lo han visto. Hoy son ellas nuestro símbolo, las podemos hacer nuestras para no olvidar lo que viene.
Lo que nos viene. La renta de los hogares desde que empezó la guerra ha caído cuatro puntos y lo va a hacer el consumo. Hay una merma de la capacidad adquisitiva. El Gobierno insiste en que no hay recesión a la vista pero la economía China ya cae. Y hay que atender a la España quemada. En Extremadura ya arde junto al Monfragüe.
Y tras un debate, el Gobierno se ocupa de otros menesteres que parecían olvidados. El independentismo catalán que lleva años con escaso éxito, ha recibido de Sánchez otro golpe de aliento. Antes de que termine el mes habrá mesa de diálogo. Aragonés sigue hablando de represión y de su bjetivo que no ha variado un ápice. La autodeterminación. En eso están.