El Gobierno salva sus presupuestos porque los independentistas de Rufián consiguen un porcentaje de doblaje y producción en catalán. Escaso, pero lo suficiente para que Esquerra salve los muebles y el Gobierno respire tranquilo. La política de mínimos para salvar la cara. Una política que navega entre la contradicción, mentira, disimulo y una insultante mediocridad parlamentaria que se demuestra cada miércoles. Sánchez dice que respeta al Parlamento, "a sus paredes debe ser". Ni siquiera sirve de espectáculo preguntar al líder de la oposición si son los cafés lo que le tienen así después de que este le recuerde su 'coño' de hace cinco años.
Dolors Bassa, de Esquerra, tilda de facha al Constitucional. Ni siquiera los ofendidos de la represión española que apoyan, no obstante, al Gobierno español y salvan la cara con las migajas de Netflix, los cultos de la Cataluña moderna y pintona, curtidos en la calle y la asamblea, son capaces de reprimir su profunda mediocridad.
Teme la UE que la variante ómicron esté produciendo una caída en la efectividad de las vacunas. Por eso pide que no se relajen las medidas. Ómicron puede ser una solución, porque parece menos violenta que otras variantes. Pero se extingue rápido y ante la incertidumbre, mejor mantener la prudencia.
Tanto Psoe como Esquerra han alcanzado un acuerdo de la ley audiovisual. No va a conseguir Esquerra ni de lejos doblegar a Netflix u otras plataformas para su cupo de catalán. Las plataformas que no se someten a las leyes catalanes tienen que abonar un 5% de sus ingresos para contenidos europeos. un 15% de ese 5% irá para series y películas de idiomas que no sean el castellano (esukera, catalán y gallego). El cálculo es que es unos 15 millones de euros, lo que cuesta producir, por ejemplo, un solo capítulo de The Crown. Lo venderán como quieran, pero hay poco más. Se trata de no quedar fatal con el electorado.