La única verdad en esta guerra en Europa es el sufrimiento de los ucranianos. El armazón institucional que se creó tras la II Guerra Mundial para evitar que un nuevo Hitler invadiera Polonia es pura filfa, humo, nada. Ni ONU, ni OTAN, ni Unión Europea han sido incapaces de evitar que el nuevo Hitler violentara otras fronteras. Putin casi se pasea por Kiev sin que nadie mueva un dedo y utilizando como papel higiénico unas sanciones supuestamente muy duras. Están solos, completa y absolutamente solos.
Europa no va a hacer nada, más allá de esas sanciones para lavar su conciencia pero nada más. Hace unos meses los talibanes tomaban Kabul en pocos días para sembrar el dolor y él hambre. Otro éxito de las alianzas mundiales, sobre todo de EEUU. Hoy Putin ya casi puede pasearse escoltado por su ejército hasta la capital de un país supuestamente escoltado por la OTAN. Putin podría obligar detener a Zelensky pero pide al Ejército ucraniano que sean los que lo hagan. Goliat acusa a David.
Zelenski clama que las sanciones no son suficientes. Hasta Borrell ha reconocido la impotencia de Europa en este asunto. Es tanta la hipocresía de las buenas palabras y sanciones ineficaces que el tirano ruso encumbrado en su endiosamiento, se ha permitido otra amenaza. Suecia y Finlandia no deberían romper el equilibrio de la paz. Su entrada en la OTAN tendría graves consecuencias políticas y militares.
Ningún gobierno quiere ir más allá. Ante la potencia nuclear de Rusia se deja hacer a Rusia. Putin y Lavrov están entre los sancionados. La alianza de defensa se supone que defiende el equilibrio de paz pero se está dejando comer por Rusia. Tal es la ceremonia de declaraciones que hasta se permite dar su opinión de paz, Arnaldo Otegi.