Traigo que la ministra de Justicia Pilar Llop ha dicho que ella, que va mucho en metro y en autobús, está notando que la gente habla de lo del bloqueo del CGPJ. No se habla de otra cosa. Hasta los chavales para iniciar conversaciones de flirteo ahora se dicen: "Oye, ¿tú has escuchado a María Luisa Balaguer en lo de Alsina?" Van a poner carteles advirtiendo a los viajeros: "No hablen al conductor del bloqueo del CGPJ".
Nunca entendí la felicidad autobusera. Cuando van en bus parecen tan desdichados. A mí la gente metida en un autobús de noche cruzando la ciudad, así pegados a la desesperación de su cristal, siempre me recordaron a los perritos tristes de las tiendas de mascotas. Los autobuses son terrarios con ruedas.
Pero si es político el que viaja en autobús adquiere un brillo especial, una autoridad, una ejemplarizad de usuario del transporte público. Yo que voy en bus, dicen, y de salida ya son mejores que los que no. Como si los hijos de puta no viajaran en bus.
Si el Rey Juan Carlos hubiera ido en autobús, le querrían más. Íñigo Errejón ha dicho que el rey Juan Carlos es la persona menos idónea para acudir al funeral de la Reina. ¡AY!, Menos idónea. Menos: adverbio. Usado con el artículo determinado El o la, cuando precede a adjetivos, forma el superlativo relativo de inferioridad. El menos idóneo significa que para Errejón cualquier otra persona sería más idónea que el rey Juan Carlos. Si el Rey Juan Carlos fuera Junqueras, si fuera Jordi Pujol, si fuera Pablo iglesias, acaso Lilith, delicada flor de fuego. Si fuera Arnaldo Otegi al funeral de la Reina en Londres, en la izquierda se sentirían más orgullosos que yendo Don Juan Carlos.
Acaso se pregunte si veremos a Otegi recoger el Nobel de la paz. No se apure que eso no será hoy. Eso pasará mañana.