El mundo está cambiando y la pandemia de coronavirus ha acelerado algunos de esos cambios. El trabajo es uno de ellos, que tiene una cara A y también una cara B.
La cara A permite compaginar horarios, demostrar que se pueden hacer las cosas sin ir al lugar del trabajo. Pero también tiene su parte negativa.
El trabajo nos ha hecho salir del domicilio, algunos disfrutamos del trabajo, pero aquellos que quieren desconectar ahora se llevan el trabajo a casa.
No nos vigilan, pero nos hemos convertido en vigilantes de nosotros mismos. El avance también nos está poniendo cadenas. La pandemia ha exigido una digitalización de la vida, aunque este es un proceso que acaba de comenzar.
Hablamos sobre ello con Armand Balsebre, catedrático en Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad Autónoma de Barcelona, y Antoni Vidal, doctor en Ciencias de la Información. Son los autores del libro 'Darwin en el desván'.