El mundo ha perdido libertad. Y lo peor: no parece algo malo. Se acepta como un mal necesario mientras tengamos un teléfono móvil con el cual no podamos mirar a la gente. Lo que está en la pantalla se ha convertido en la verdad.
Ese parece el mundo del pensamiento único y del control de las libertades al que se esté encaminando la sociedad y que parece hacer real algunas de las ideas que manifestó George Orwell en su obra 1984. La tecnología se ha convertido en la herramienta para vigilar nuestra mente y en donde el Ministerio de la Verdad controla lo que podemos y no podemos creer.
Precisamente así se titula una novela que nos presenta cómo puede ser la sociedad del año 2030. En autor de ese libro es el periodista Carlos Augusto Casas que imagina la existencia todavía de un toque de queda que ya no tiene utilidad porque no hay problemas de salud, pero los límites de ese toque de queda lo marca los ingresos de una persona.
