La figura de Thomas Alva Edison es la de uno de los científicos e inventores más importantes de todos los tiempos, pero lo que mucha gente desconoce es que el hombre que desarrolló la bombilla estaba convencido de que existen fenómenos extraños sin explicación, creencia que tuve desde que entró en la Sociedad Teosófica, una organización de hace más de un siglo en la que se creía en otras realidades y a la que pertenecían algunos destacados personajes de la ciencia del del siglo XIX.
Edison tuvo una extraña experiencia con un visitante anónimo del laboratorio que le hizo una prueba de clarividencia. Además, investigó al psíquico Bert Reese, un personaje muy conocido en la época y que afirmaba tener rayos X en los ojos. No encontró, como creía que iba a hallarlo, evidencia de que se tratara de un fraude. Además, en 1920 anunció que estaba diseñando una máquina para comunicar con los difuntos. Es más, hay informaciones que nos hablan de supuesto mensajes suyos que hizo llegar a numerosas personas mucho después de morir. Ante el temor de que se dañara su recuerdo, la familia eliminó un capítulo de sus diarios publicados en 1948 donde Edison hablaba de sus creencias en el más allá.
Se trató de un personaje rodeado de polémica. Algunas de sus declaraciones sobre ciertos temas son muy controvertidas y casi desagradables, por ejemplo, cuando concedió varias entrevistas en las que arremetía contra los judíos. También se dice que se adueño de los conocimientos de científicos de algunos especialistas que no tenían ningún espíritu de notoriedad a quienes les robó sus saberes para patentar la bombilla y algunas de las decenas de inventos que se le atribuyen. Fue, y sigue siendo, un personaje polémico.