El mal del muerto es una tradición muy antigua que está presente en distintas culturas, y en la que todavía se cree. La tradición se basa en la creencia de que un difunto se puede apegar a una persona que posea ciertas características (como niños pequeños o mujeres embarazadas), absorbiendo la energía vital de estas personas hasta provocarles la muerte.
El folclore popular indica una serie de métodos para alejar al muerto. Curiosamente, esta creencia ha llegado hasta nuestros días en el campo del espiritismo, en lo que se ha dado en llamar 'el fenómeno de los obsesores'. Es lo mismo: presuntosespíritus que se apegan a una persona. Los espiritistas también tienen sus métodos para actuar sobre los espíritus obsesores y así conseguir que dejen de molestar a las personas.
Miguel Pedrero nos cuenta algunos casos que ha investigado y que hunden sus raíces en esta creencia ancestral.
