Hace 35 años se desarticuló, lo que el servicio secreto consideró, como el último intento de llevar a cabo una maniobra involucionista. “La más sorprendente de todas”, opina Fernando Rueda.
Tras varias reuniones y actos ilegales, finalmente se consiguió desactivar el movimiento que, supuestamente, era favorable a la extrema derecha militar.