En la Antigüedad clásica, las sirenas eran representadas como seres híbridos, con cuerpo de ave y rostro de mujer, que vivían en zonas rocosas. A medida que fueron pasando los años, pasaron a ser concebidos como un ser híbrido de pez y mujer, con una voz muy melodiosa de la que se valían para atraer a los marineros. De hecho, no eran esas bellas mujeres con colas sino monstruos depredadores que acechaban a los pescadores encandilándolos con su voz para luego matarlos.
El primer registro que existe lo encontramos en la Odisea de Homero, aunque existen representaciones artísticas muy antiguas, de la Edad de Piedra o incluso en las pinturas egipcias de unos 30.00 años de antigüedad. A estos seres se les relacionaba con el otro mundo, porque se creían que eran las encargadas de llevar las almas de los difuntos hasta el inframundo. Aunque mayoritariamente se ha hablado de ellas como seres meramente mitológicos, hay quienes creen fehacientemente en su existencia. Aun así, tras algunos sucesos inexplicables parece que hay algunas investigaciones científicas en curso para esclarecer si las sirenas existen o son tan sólo fruto del imaginario popular.
En este nuevo entrega de Ecos del Pasado, Laura Falcó Lara nos habla del mito y realidad de estos seres de leyenda.
