UN TRASPLANTE DE MÉDULA FUE DEFINITIVO PARA SU CURACIÓN

Paciente curado de SIDA y cáncer por un trasplante: "Prefería morirme intentándolo"

Hace unos meses, un equipo de científicos dio a conocer la existencia de tres personas en todo el mundo que se había curado del SIDA. El caso de Adam Castillejo puede ser considerado un milagro que le ha curado, además, de un cáncer.

Bruno Cardeñosa

Madrid | 19.03.2023 03:43

Según la Organización Mundial de la Salud, en el año 2021, un total de 28,7 millones de personas se infectaron de VIH, lo que se conoce normalmente como SIDA. Además, esta enfermedad inmunodeficiente también es configurada como una de las principales causas de muerte en el mundo que, a pesar de su notable descenso en defunciones, sigue sin haber una cura explícita. A pesar de ello, 3 personas en todo el mundo se han podido curar de esta enfermedad: los pacientes 'Düsseldorf', 'Berlín' y 'Londres'; aunque dos más no han sido confirmados. Adam Castillejo es uno de ellos, el 'paciente Londres', y que además ha podido curarse de un cáncer que tenía, la leucemia.

"Sin la ciencia no estaría hoy acá"

"Yo me encuentro bien, estoy bien", asegura Castillejo mientras añade que "lo importante es que la gente sepa que la vida de un trasplantado es una vida que tiene muchos retos" aunque, explica, es un baño de humildad para él esta curado de una enfermedad tan propagada y tan mortífera como esta. "Para mí es un honor estar curado y es un privilegio que me ha dado la vida" y que sirve para "ayudar a los demás y también la necesidad de ayudar a la ciencia" porque, recalca, "sin la ciencia no estaría hoy acá".

"Renacer" tras una "sentencia de muerte"

Para Adam Castillejo, "el trasplante es como una nueva vida" porque cuando te realizan esta intervención tienes que "aprender a caminar, a comer. Es como renacer, es un cambio totalmente en tu vida porque pierdes todo y tienes que tienes que volver a hacer todo como un bebé". Este proceso, explica, es "muy largo, muy riesgoso, que no se puede ser usado para la cura del VIH actualmente pero es la ventana hacia el futuro".

El 'paciente Londres también cuenta que no fueron lo mismo las dos sentencias de muerte que le otorgaron, la primera hace 20 años y la segunda hace 10 con el VIH y cáncer, porque "la primera estaba llena de odio, miedo, bochorno a que la gente sepa que tienes una enfermedad, como cualquier otra persona. Pero en el momento que tuve el cáncer podía hablar, tenía amor, soporte". Aún así, estas sentencias no le fueron fáciles de digerir y que le costó muchos años en quimioterapias intensivas.

Desgracia o aprendizaje

Aunque en 2003 le diagnostican el VIH y en 2013 el cáncer, no es hasta 2015 cuando le dan la oportunidad de tener un trasplante, aunque seis meses antes le habían dicho que su cáncer era terminal y que se iba a morir. "Fue una etapa muy dura para mí pero mantuve la esperanza, mantuve el deseo de vivir" porque cuando le dan la noticia, comenta, "para mí era como: gané la lotería" ya que "sin salud no eres nadie". Por ello, cuando le dan la noticia de un posible trasplante, tuvo un minuto de silencio y sonrió porque no tenía que pensarlo ya que, enfatiza "prefiero morir intentándolo que morirme derrotado". "He aprendido mucho a través del tiempo lo importante de la salud mental" porque "he tenido que aprender a conocerme, las personas alrededor mío y en mi entorno como la ciencia, los avances. Ha sido un camino de enseñanzas y de educación, me he educado a través de la enfermedad del cáncer, de la enfermedad del SIDA".

"Superhumano"

Este caso no se ha dado por un simple azar, viene precedido de una serie de características que permiten su curación. Castillejo, explica, "soy descendiente del 1% del norte de Europa que son las personas que tienen ese sistema inmunológico que se le dice el superhumano que tienen el poder de derribar el VIH", que viene por influencia genética y que comparten todos los trasplantados.

Aún así, el trasplante de médula que le realizaron no se puede realizar a todo el mundo. Actualmente, asegura, los científicos están trabajando en una manera de realizar esa curación más accesible para la personas en cuanto a su carácter invasivo porque "no se puede replicar para la población en general". Además, recalca que "es importante que la gente sepa que los especialistas están trabajando día a día en buscar la manera de cómo hacerlo de una manera más fácil y de una manera menos peligrosa" porque "cuando uno se hace un trasplante, uno tiene unas posibilidades de sobrevivir de un 10%".

Adam Castillejo comenta también la oportunidad que se le ha otorgado de poder ayudar a su comunidad, a inspirar y a aportar esperanza porque, puntualiza, "soy la cara de la cura del VIH, estoy muy orgulloso de ser de la comunidad VIH y es importante que la gente sepa que la vida me dio una segunda oportunidad y tengo que sonreírle a la vida". Además, reafirma esta importancia por la capacidad de llegar a las personas hispanohablantes debido a que "el VIH siempre ha sido en inglés".

Revivir 20 años otra vez

En 2017 "fue una época muy difícil" porque era como "revivir" el diagnóstico porque ya estaba curado del cáncer y del VIH pero tenía que verificarse. Esta verificación, explica, "nadie estaba preparado para ese paso porque era como revivir 20 años otra vez. En ese momento era para mí volver a sentir que tenía ese diagnóstico de 2003" con "esa sensación de desespero, de temor, de angustia, de tristeza" que estaban volviendo a aflorar en su interior. Un proceso duro que acabó con sus tratamientos y, actualmente, se encuentra sano al pasar 5 años porque "el proceso del VIH lleva tres etapas: una curación funcional, operacional y la última es una cura que pasa después de los 5 años". Aún así, el 'paciente Londres' cuenta que tendrá que pasar unas revisiones vitalicias porque, en el caso del cáncer, "puede regresar" a diferencia del VIH que se necesita reinfectarse porque los pacientes son "inmunes a ocho variaciones del VIH y existen 9 variaciones".

Día a día

Actualmente, recalca, "el día a día del paciente Londres" es trabajar como "el paciente Londres" ayudando a la gente, respondiendo dudas y resolviendo las incógnitas de esta enfermedad en un plano global. A pesar de ello, a Adam Castillejo le gustaría retomar su carrera de chef que se vio interrumpida y abrir su deseado restaurante de fusión.