Los aspirantes a astronauta de toda Europa ya se encuentran a la espera del inicio de la siguiente fase del proceso de selección de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), después de que el pasado 18 de junio de 2021 concluyera el plazo de presentación de candidaturas donde participaron más de 24.000 personas.
Tras un minucioso cribado elaborado a partir del exhaustivo estudio de las candidaturas, solo 1.334 han promocionado de fase, lo que supone aproximadamente un 4 por ciento del total. Entre los candidatos escogidos se encuentran el investigador y científico de la NASA, de la ESA y del Centro de Astrobiología Jorge Pla-García, así como la geóloga planetaria y divulgadora científica del Instituto Universitario de Física Aplicada de la Universidad de Alicante, Laura Parro. Por lo tanto, ambos aspirantes se encuentran un paso más cerca de conseguir el sueño de viajar al espacio.
"Es complicado, pero lo más importante es tener esperanza y, sobre todo, soñar a lo grande, que además es gratis", señalaba Jorge.
Las exigencias del proceso de selección
Los aspirantes a astronauta nos han explicado que cada fase constituye un reto en sí mismo complicado de superar. En lo que a la primera fase respecta, la ESA exigía una serie de requisitos de obligado cumplimiento entre los que se encontraban el rango de edad, así como la formación académica y la experiencia laboral oportuna.
"En primer lugar, requerían a personas de entre dieciocho y cincuenta años que contasen con una formación y una experiencia científica de al menos cinco años", explicaba Laura apuntando que además de estos parámetros objetivos la ESA consideraba cuestiones subjetivas como la motivación: "La ESA valora positivamente que seas una persona motivada porque se trata de un trabajo que requiere mucho tanto física como psicológicamente y si no tuvieras una gran motivación no podrías afrontarlo", añadía.
Recientemente, ambos aspirantes se han enfrentado a la segunda fase del proceso asociada al examen psicotécnico y ya están enfocados en preparar la tercera fase, "la más física de todas".
"Además de someternos a estudios y análisis de parámetros físicos, la fase tres incluye trabajos en piscinas, por ejemplo, moviendo paneles solares", manifestaba Jorge. Ambos explicaban que se tiende a trabajar bajo del agua debido a que las condiciones atmosféricas cambian en ese entorno: "Trabajamos debajo del agua porque brinda las condiciones más próximas al ambiente que impera en el espacio y en las estaciones espaciales", indicaba Laura antes de que Jorge apuntara que, en definitiva, "se trabaja debajo del agua para hacer una analogía de las condiciones de micro-gravedad del espacio".
No obstante, los futuribles astronautas reconocían desconocer la esencia de las pruebas físicas de la tercera fase debido a que "existe bastante opacidad con respecto a este tema", agregaba el científico. En cualquier caso, ambos, del mismo modo que probablemente el resto de los candidatos que han promocionado de fase, continúan preparándose físicamente para poder afrontar cualquier reto que se les presente.
"Yo creo que te llevan al límite porque precisamente lo que buscan es comprobar que eres capaz de responder en condiciones adversas después de horas de duro trabajo físico e intelectual", manifestaba Jorge.
Un procedimiento de selección inclusivo
En esta convocatoria de selección de astronautas organizada once años después de la última, la ESA ha recibido candidaturas desde todos los Estados miembros y asociados de la Unión Europea. Además, la ESA ha ofertado por primera vez una vacante a astronauta con discapacidad física para que las personas con discapacidades comiencen a integrarse como miembros profesionales de la tripulación en las misiones espaciales futuras. Asimismo, la Agencia Espacial Europea ha incentivado la participación de las mujeres a pesar de que todavía es bastante escasa: en España, por ejemplo, tan solo se presentaron unas doscientas candidaturas femeninas.
"En esta última llamada de astronautas aprecié el interés de la ESA en que las mujeres participasen, pero las candidaturas no fueron abundantes porque supongo que hay menos mujeres en el sistema aeroespacial y de ciencias exactas", ha señalado Laura.
A un paso de la luna
Tanto Jorge Pla-García como Laura Parro han superado una de las fases más excluyentes de todas, motivo por el que ambos se muestran orgullosos y ciertamente satisfechos. "Por lo menos hemos conseguido pasar a la fase dos y ya somos oficialmente candidatos a astronautas", decían.
Así pues, solo queda trabajar duro para continuar pasando de fase hasta superar las seis etapas establecidas por la ESA. Lo consigan o no, estos científicos no decaerán puesto que "te analizan desde tantos ángulos diferentes que te das cuenta de que no es una cuestión de suerte, sino de valía", explicaban apuntando que " si no lo conseguimos, significará que hay gente mejor que nosotros y eso es una buena noticia".
En cualquier caso, como bien apuntaban al inicio de la entrevista, "soñar es gratis" y a veces puede ser muy gratificante tener la cabeza en la luna porque, de hecho, muy probablemente será el próximo objetivo de las agencias espaciales: "esta nueva remansa de astronautas posiblemente sí que podría ser aquella que llegara de nuevo a la luna", indicaban.
Marte, explicaban, todavía queda un poco más lejos. "Somos científicos marcianos y nada nos haría más ilusión que aspirar a Marte, pero todavía queda mucho trayecto para llegar a Marte porque tenemos que desarrollar mucha tecnología y también tenemos que comprobar qué le pasa al cuerpo humano cuando está tanto tiempo fuera de los anillos de radiación del cuerpo humano".
¿Quién sabe? Quizá solo sea cuestión de soñar.