El historiador y escritor Mariano Fernández Urresti explica en 'La rosa de los vientos' los orígenes esotéricos del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, un complejo colosal promovido por Felipe II.
Con una superficie de más de treinta y tres mil metros cuadrados, fue ideado en la segunda mitad del siglo XVI por el rey Felipe II y su arquitecto Juan Bautista de Toledo. "Felipe II estaba convencido de que tenía que cumplir la misión que el rey Salomón había emprendido: construir la prolongación del Templo de Jerusalén en San Lorenzo de El Escorial", ha aclarado Fernández Urresti después de explicar los contradictorios pensamientos de Felipe II: "el rey prudente para sus partidarios y el Demonio del Mediodía para sus enemigos".
El Escorial
El Monasterio de El Escorial fue impulsado por Felipe II, entre otras razones, para conmemorar el triunfo del 10 de agosto de 1557 -festividad de San Lorenzo- en la batalla de San Quintín. Esta batalla determinó el comienzo del proceso de planificación que culminó con la colocación de la primera piedra el 23 de abril de 1563, bajo la dirección de Juan Bautista de Toledo. A su muerte en 1567, le sucedió el italiano Giovanni Battista Castello y, posteriormente, su discípulo Juan de Herrera.
Situado a más de mil metros de altitud en la sierra de Guadarrama, el monarca concibió un gran complejo multifuncional, monacal y palaciego que, tras veintiún años de construcción, dio origen al estilo herreriano. Un monumento colosal que, desde el 2 de noviembre de 1984, forma parte del Patrimonio de la Humanidad.