Puede parecer poco instintivo, pero tal vez no deberías matar todas las arañas que encuentres en tu casa. Al menos eso es lo que aconseja la química, investigadora y divulgadora científica Deborah García Bello. Según explica, las arañas son una parte fundamental de la naturaleza y de los ecosistemas interiores, pero sobre todo, son una fuente de inspiración para el mundo científico por la permanente construcción de telarañas cuyas estructuras resultan esenciales para comprender la ciencia.
Las telas de araña pueden generar reacciones contrarias. Algunas veces, sus pegajosos hilos nos provocan repugnancia por ser contenedores de nidos de polvo arrinconados en una recóndita esquina. Sin embargo, otra veces, la perfecta estética de una telaraña geométrica puede resultar cautivadora. Así sucede cuando las vemos cubiertas de rocío e incluso congeladas, o cuando despliegan un iridiscente juego de colores a la luz del sol. Hace décadas que los científicos se interesan por este sorprendente material. ¿Qué lo hace tan elástico y, al mismo tiempo, tan estable? La química nos lo explica en 'La rosa de los vientos'.
La magia de las telarañas
Las arañas construyen sus telas a partir de espidroína, una especie de cristal líquido que expulsan de su abdomen y que, en contacto con el aire, genera una fibra extraordinariamente resistente.
Para crear la estructura básica de la tela, numerosas especies tejen hilos radiales sobre los que la araña fija una espiral fabricada con un "hilo de captura". Su tensión es muy resistente: una propiedad óptima para evitar su ruptura ante el impacto de insectos que vuelan a gran velocidad.
Asimismo, los hilos de captura presentan otra importante característica: están cubiertos de diminutas gotitas adhesivas que retienen cruelmente a la presa y evitan que escape. Dichos puntos se distribuyen a lo largo del hilo a intervalos muy regulares, como las perlas de un collar. No obstante, no es la araña la encargada de disponerlos de esa forma: el ribete de gotitas se crea de manera espontánea por pura necesidad física.
Inspiración para la ciencia
Deborah nos ha explicado que la comunidad científica ha hallado en las telarañas una importante fuente de inspiración que podría revolucionar campos como la medicina y la ingeniería.
Las redes que tejen estos arácnidos reúnen dos cualidades que no suelen ser parejas: la resistencia y la flexibilidad. Los científicos han investigado su estructura para imitarla y fabricar su propia tela de araña a partir de fibras de seda finamente hiladas. Por el momento, ya investigan su aplicación en campos como la medicina, donde serviría de soporte para que neuronas aisladas reestablezcan su conexión entre ellas.