LA ROSA DE LOS VIENTOS

El Sol destruirá la Tierra

El Sol se encuentra casi en la mitad de su vida, pero a su muerte, prácticamente todo el Sistema Solar desaparecerá engullido por el astro. El astrofísico Emilio García Gómez-Caro nos explica este el proceso vital de la estrella en ‘La rosa de los vientos’.

ondacero.es

Madrid | 18.10.2021 11:39

El Sol es la fuente primigenia de la que emana la vida en la Tierra: proporciona las condiciones climatológicas propicias para la existencia de vida tal y como la conocemos y, además, posee un campo magnético fundamental para mantener los planetas en órbita estable a su alrededor. Sin embargo, dentro de varios miles de años la estrella que brindó la vida, brindará la muerte, no solo de todas las especies que habitan la Tierra, sino de prácticamente todo el Sistema Solar.

Emilio García Gómez-Caro es el responsable de la unidad de comunicación y cultura científica del Instituto de Astrofísica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Andalucía. Ha participado en numerosos proyectos de divulgación y, como tal, es buen conocedor del devenir vital del Sol, la luminosa estrella que un día apagará su luz.

El ocaso del Sol

Según ha explicado el astrofísico, dentro de cinco mil o diez mil millones de años, el Sol habrá consumido casi todo el combustible de su núcleo: el hidrógeno que fomenta las reacciones termonucleares responsables de mantenerlo con vida. Entonces, su núcleo se hará más pequeño para aumentar su temperatura y, consecuentemente, el hidrógeno restante se convertirá en helio. El calor del núcleo hará que el gas que envuelve el Sol comience a hincharse hasta convertirse en una gigante roja, es decir, en una estrella gigante de masa baja. El Sol se se expandirá cada vez más, “como una pelota enorme” y se volverá de color rojo; su tamaño será diez veces el actual y, por lo tanto, engullirá todos los planetas del Sistema Solar interior: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte.

“Los astrónomos teorizaban sobre lo que iba a ocurrir con los planetas cuando se produjera esa gigante roja y aunque sabíamos muy bien que en el proceso de muerte del Sistema Solar el Sol se comería a Mercurio, Venus, Tierra y Marte, no tenían muy claro que sucedería con los planetas exteriores”, explicaba García.

Lo que sí parece una certeza es que, una vez se convierta en una gigante roja, de manera muy paulatina, el Sol comenzará a enfriarse a la par que a expandirse. La fase de gigante roja durará millones de años, pero cuando el helio también se agote, no quedará combustible para más fusiones nucleares y la gravedad de su núcleo hará que se encoja. Toda la masa del Sol quedará aplastada en su núcleo y se convertirá en una enana blanca.

No es un fenómeno explosivo como el de una estrella masiva; las estrellas tipo solar presentan fenómenos muy lentos” aclaraba el astrofísico.

Los supervivientes del Sistema Solar

Atendiendo a cálculos geométricos, la muerte del Sol provocará la muerte inevitable de gran parte del Sistema Solar. Sin embargo, todo apunta a que Júpiter y Saturno podrían sobrevivir.

Según informaba el astrofísico por primera vez en la historia se ha encontrado una “evidencia observacional” que confirma la supervivencia de un planeta a la muerte de su estrella. “Alrededor de una enana blanca, han encontrado orbitando un planeta formado en el origen de ese sistema planetario, por lo que ha debido de sobrevivir a todas las fases posteriores a la muerte de la estrella”, comentaba al respecto.

Podría tratarse de un planeta alejado del astro fallecido del sistema planetario y, aunque desconocen las características planetarias del cuerpo celeste antes de la muerte de su estrella, los científicos coinciden en que ha sobrevivido. "Podría ser el Júpiter o el Saturno del Sistema Solar, aunque no son planetas muy amigables para vivir porque son grandes pelotas de gas”, bromeaba Emilio.

Carpe diem

En cualquier caso, el astrofísico incidía en la importancia de no ser alarmistas porque lo cierto es que el Sol se encuentra en el esplendor de su vida y, por tanto, todavía habrá que esperar el Apocalipsis.

"Si el Sol fuera un ser humano, estaría en torno a los treinta años, es decir, en una madurez joven”, bromeaba Emilio explicando que “el Sol está en la fase de secuencia principal, una fase muy estable que acontece tras la violenta fase de formación”.

“Él va madurando manera tranquila y sosegada”, concluía bromista.