Antiguamente la bruja era una ciudadana más, un oficio más integrado en el pueblo. Así nos lo comunica Diego Valor, licenciado en Derecho que acaba de publicar 'La profesión de las Meigas'.
El estigma de que las mujeres representaban el pecado, que su tendencia de nacimiento era la maldad provocó su persecución y posterior detención y juicio por parte de la Inquisición.
El juezTaín, prologuista de la obra, nos cuenta que los protestantes y su puritanismo fueron los verdaderos verdugos de las brujas. Prueba de ello es que en el mismo periodo que los protestantes en Alemania ejecutaban a 15.000 brujas. España, con la Santa Inquisición, mataba tan solo a una bruja en Galicia.