España tiene una cuenta pendiente con las víctimas de abusos y agresiones sexuales cometidas en el seno de la Iglesia. Durante décadas, multitud de sacerdotes y clérigos actuaron impunes y violaron a niños y a niñas ante el más absoluto mutismo social. Parecía que ocultar el problema iba a hacerlo desaparecer, pero lo cierto es que no solo permanecía, sino que además agravaba el sufrimiento de las víctimas.
En este contexto nace Acogida Betania, la primera asociación española que ofrece ayuda a las víctimas de estos abusos, poniendo énfasis en la acogida y el acompañamiento de las mismas. Hoy, en 'La rosa de los vientos' charlamos con María Teresa Compte Grau, la presidenta de la asociación.
El trabajo de Betania
Acogida Betania es una asociación que se inspira y se reconoce en los principios de la doctrina de la Iglesia, pero que se constituye como asociación independiente, sin sujeción a disciplina eclesiástica alguna. Desde la asociación vuelcan sus esfuerzos en ayudar a las víctimas, sobre todo, desde la acogida.
"Nosotros trabajamos para prestar un servicio de atención integral que empieza por un servicio de acogida mediante el que pretendemos crear un ámbito de seguridad y tejer vínculos de confianza", ha expuesto María Teresa incidiendo en que atienden "a todas las personas que llaman o escriben, independientemente de la edad que tengan o de la edad a la que sufrieron los abusos".
Recalcaba la importancia de "reconocer e identificar los abusos", así como de recurrir a la ayuda profesional debido a que "la violencia sexual provoca un trauma" que, a veces, puede permanecer latente. "La mayor parte de las personas cuentan que ha sucedido algo en su etapa de adultez que les ha permitido vincular y abrir la puerta a conectar con la memoria traumática", añadía.
A pesar de que este proceso de reconocimiento puede resultar muy doloroso, María Teresa ha lanzado un mensaje esperanzador: "Lo importante es generar la conciencia de que esto se puede afrontar, se puede enfrentar y se puede dejar de ser víctima". De hecho, en Betania se esfuerzan para que las víctimas solventen aquellos traumas que quizá permanecían acallados por algún tipo de temor o por una cuestión de autoprotección.
Sin embargo, tal y como expresaba la presidenta de la asociación, "hay que saber afrontar o enfrentar el sufrimiento que a determinadas personas con nombres y apellidos se les ha generado".
A lo largo de dos años, la asociación ha atendido de manera personalizada a ochenta personas que se enfrentaban a procesos distintos. Ochenta personas que se han atrevido a pedir ayuda pese a lo complicado de la situación. Por este motivo, María Teresa ha hecho un claro llamamiento: "Si no hay un reconocimiento social y no se habla de estos temas, es muy difícil, o a veces imposible, que las víctimas puedan atreverse a reconocerse como tales".
La magnitud del problema
En nuestro país no hay cifras oficiales; ni la Iglesia ni la Fiscalía ni el propio Gobierno han dado el paso para investigar estos casos de pederastia. Sin embargo, el pasado mes de diciembre de 2021 el Vaticano reveló que investigaría a la Iglesia española por abusos sexuales a menores ya que, lo cierto es que doscientos cincuenta y un clérigos han sido acusados de abusar de al menos mil doscientas treinta y siete víctimas, aunque las cifras, aún así, podrían aumentar a varios millares.
Las víctimas necesitan reparación y, mientras nuestro país permanece impasible ante tal escándalo, Betania se vuelca en ayudar de manera altruista a todos estos niños, quizá ahora adultos, que nunca merecieron su sufrimiento.
"Betania sostiene el derecho a que la verdad se reconozca y trabajamos en la línea de la reparación y la justicia", ha concluido María Teresa.