San Francisco Javier, uno de los fundadores de la compañía de Jesús, fue designado por el papa para evangelizar Oriente. Tan en serio se tomó su misión que desde Goa, en la India, llegó a Japón y después a China. Allí terminó falleciendo.
Miquel Silvestre, en su libro 'La vuelta al mundo en moto', ruta de exploradores olvidados, cuenta como visitó la Basílica de Goa, lugar donde cuidan el cuerpo incorrupto de este jesuita.