Se trata de un futuro que ya es realidad. El uso de veneno para fabricar antibióticos ya está patentado en ratones.
En la Universidad de Pennsylvania hay un biotecnólogo español, César de la Fuente, lidera una investigación por la que se ha conseguido transformar el veneno de una avispa, que ya se sabía que tenía propiedades antiinfecciosas, en un medicamento.
Ya lo han probado en ratones y han conseguido que, infectando bacterias patógenas a los roedores, unos efectos similares a los antibióticos más potentes de los que ahora mismo disponen los hospitales.
El 80% de los ratones superó la enfermedad, mientras que si no hubieran usado este antibiótico hubieran muerto en menos de una semana.