Este es el mes de la OTAN que cumple 40 años. Leopoldo Calvo Sotelo dio el paso adelante para entrar, pero Adolfo Suárez no quiso, algo que los americanos no entendieron. Después con la llegada de Felipe González y tras una campaña muy mediática en contra de la entrada de España en la Alianza Atlántica 'OTAN NO', finalmente nos incorporamos.
El 29 y 30 de junio se celebra una de las cumbres de la OTAN más importantes de su historia porque vuelve a marcar el punto más cercano al que había de Guerra Fría. En su día, la OTAN nació pensando que venía una Guerra Fría, que en un mundo de bloques había que hacer una alianza y que los países ganadores de la Segunda Guerra Mundial, excepto Rusia, se tenían que ir aliando y buscando aliados en Europa.
Las relaciones entre Rusia y la OTAN fueron mejorando a partir de 1989, después de la caída del Muro de Berlín y la muerte del Pacto de Varsovia -alianza que surgió después de la OTAN para hacerles frente-. En 1997 se produjo la presencia diplomática rusa ante la OTAN y en 2010 -hace tan sólo 10 años- el presidente de entonces Dmitri Medvédev fue invitado a la Cumbre de la OTAN en Lisboa donde se pactó el nuevo concepto estratégico de la Alianza.
Ambos bloques estaban intentando destensar las relaciones hasta el punto de que Rusia hizo una delegación en la OTAN y la OTAN en Moscú. Sin embargo, la tregua se rompió en 2014 cuando los rusos se anexionaron Crimea y a partir de ahí se torció todo: se produjeron expulsiones por todas partes. En octubre de 2021, a raíz de la tensión que se estaba generando en Ucrania, la OTAN expulsó a ocho diplomáticos, y Rusia hizo lo propio con la delegación en Moscú.
Una historia de enemistad que sin embargo comenzó muchos años antes, incluso antes de la creación de la propia OTAN y en la que tiene un gran protagonismo John Cairncross, el quinto hombre del quinteto de Cambridge. Fernando Rueda explica en Materia Reservada 2.0 su historia, qué información robó y cuándo le pillaron por casualidad.