Fernando Rueda dice que hay una pregunta concreta que nos formulamos: ¿Qué hacen los dictadores cuando abandonan el poder?. Tras sus investigaciones, Rueda ha encontrado un un estudio científico con datos estadísticos sobre los dictadores derrocados entre 1946 y el 2000.
Uno de cada cuatro dictadores tuvo que exiliarse. Solamente uno de cada cinco recibió castigo y más de la mitad permanecieron impunes en sus países tras abandonar el poder.
“Esto se justifica en el hecho de que cuando se va un dictador y llega una democracia hay un grave problema para deshacerse de ellos”, explica Rueda.