A lo largo de los últimos años, el interés por la filosofía ha ido decayendo hasta el punto de relegar su importancia en el ámbito académico a un segundo plano. Sin embargo, se trata de una materia que aúna múltiples saberes mediante los cuales se aspira a explicar los principios que organizan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano. Podría decirse que la filosofía responde a la esencia de la curiosidad humana, pero en un tiempo donde tan solo el pragmatismo de la ciencia y la tecnología parecen tener cabida, las artes, las humanidades y, por ende, la filosofía parecen estar mutando hacia la inutilidad más absoluta.
Consciente de la importancia de que en la incipiente era de las máquinas los seres humanos desarrollemos el pensamiento, la capacidad reflexiva y el sentido crítico, Silvia Casasola propone hablar de filosofía, pero desde una perspectiva, por desgracia innovadora, que sitúe a las mujeres pensadoras en el lugar que merecen. De la mano de Guillermo Gallardo, profesor de filosofía y secretario de la Sociedad de Filosofía Aplicada, y de Luis Miguez, antiguo alumno de filosofía e ilustrador profesional, Silvia Casasola hablará de diversas mujeres filósofas cruciales en la antigüedad.
Las madres de la filosofía
Son muchas las personas que atribuyen el origen de la filosofía a Tales de Mileto o a Pitágoras; sin embargo, pocos hablan de las figuras análogas de estos grandes pensadores. En efecto, la filosofía pudo tener varios padres y madres, motivo por el que hoy rescatamos la figura de Diotima de Mantinea y Téano de Crotona.
Diotima de Mantinea
Fue una sacerdotisa que al parecer vivió en torno al siglo V a.C. Su figura se menciona en El Banquete de Platón como maestra de Sócrates; según indica el filósofo, cuando Sócrates elogia el amor, explica que repetirá lo que tiempo atrás le enseñó Diotima sobre este enigma humano. Por este motivo, se considera que sus ideas pudieron dar origen a los conceptos relacionados con el amor platónico. Si bien hemos de confiar en lo que nos dicen los autores orientados a estudios de género, habría correspondido a un personaje real,34 No obstante, el hecho de que su presencia física en la historia se reduzca a unas pocas menciones, ha suscitado serias dudas sobre su existencia. ¿Será que se le ha borrado de la historia de un plumazo?
Téano de Crotona
Nacida en Crotona en el siglo VI a. C., Téano de Crotona fue una matemática, filósofa griega y miembro de la escuela pitagórica, que pese a su matrimonio con Pitágoras, desarrolló un pensamiento propio, pues se trata de la primera mujer, de la que se tienen indicios históricos, que hizo aportaciones a las matemáticas. A ella se le atribuyen diversos tratados matemáticos, físicos y médicos, pero su principal aportación versa sobre la proporción áurea. Además, cabe destacar que Pitágoras la incorporó a su escuela de Crotona para impartir clases de matemáticas y otras cuestiones. Sin embargo, sea como fuere, lo cierto es que la figura de Téano está construida, como tantas otras, con las técnicas habituales de los biógrafos antiguos, más atentos a la narración anecdótica y significativa que a la investigación rigurosa.
Las filósofas denigradas
Explicaba Guillermo que la figura de la mujer pensadora nunca estuvo del todo aceptada en la Grecia Clásica que, en términos generales, denostaba a las mujeres. Esta lacra perpetuada durante siglos ha estado avalada por multitud de discursos de autoridades científicas y humanistas que, con un tono variable, han dado cobertura intelectual a la exclusión o desprestigio de la mujer. Para Aristóteles la mujer no era más que "un hombre incompleto y débil, un defecto de la naturaleza" y para Platón, "algo peor que una mujer" eran "dos mujeres juntas".
Así pues, no resulta sorprendente que la mujer no haya podido trascender en la historia al mismo nivel que lo han hecho el hombre, bien porque durante siglos no se le permitió desarrollar sus capacidades o bien porque las que lo hicieron y consiguieron erigirse en referentes sociales fueron eclipsadas por sus coetáneos masculinos. Además, muchas de aquellas mujeres posteriormente fueron denigradas y reducidas a meras excepciones de lo que, durante siglos, se consideró la conducta adecuada de una mujer. Algunas de estas mujeres fueron Aspasia de Mileto, Safo de Lesbos e Hipatia.
Aspasia de Mileto
Maestra de retórica y logógrafa, tuvo gran influencia en la vida cultural y política en la Atenas del Siglo de Pericles -que bien pudo ser el Siglo de Aspasia-, con quien mantuvo una relación hasta su muerte. Poco se sabe de su vida. Según diversos escritos se cree que pudo haber dirigido un burdel y haber trabajado como hetaira, una clase distinguida de chica de compañía que solía desempeñar funciones de artista, contertulia, prostituta y acompañante. Lamentablemente, la independencia intelectual de muchas mujeres estuvo sujeta a este oficio.
Safo de Lesbos
Fue una poetisa griega de la época arcaica que se erige en la primera compositora que menciona la Historia. Sobresale porque comprendió el arte poético y musical de su tiempo renovándolo, dulcificándolo y adaptándolo a su estilo para poder expresar sus ideas y sentimientos. Sin embargo, en el año 1073, el Papa Gregorio VII ordenó quemar todos los manuscritos que incluían los poemas sáficos -inmorales y pecaminosos según su criterio-, propiciando la pérdida irreparable de una parte muy importante de su obre poética, una obra que indudablemente influyó en Horacio, Ovidio, Catulo y otros poetas clásicos que, como Safo, también amaron a hombres y a mujeres.
Hipatia
Natural de Egipto, Hipatia fue una filósofa y maestra neoplatónica que destacó en los campos de las matemáticas y la astronomía. Miembro y cabeza de la Escuela neoplatónica de Alejandría a comienzos del siglo V, educó a una selecta escuela de aristócratas cristianos y paganos que ocuparon altos cargos. Su carácter singular de mujer entregada al pensamiento y a la enseñanza en plena antigüedad tardía, su fidelidad a su filosofía y principios en el momento de auge del catolicismo teodosiano como nueva religión del Estado romano, propiciaron su asesinato a manos de los cristianos. Por eso, la figura de Hipatia se convirtió en el símbolo del fin del pensamiento clásico frente al avance del cristianismo.
Filósofas o barbarie
"Si la Grecia Clásica fue un momento oscuro para las mujeres en general y las pensadoras en particular, la posterior teocracia agravaría su situación", lamentaban los filósofos. Precisamente, por ese motivo, en pleno siglo XXI, rescatamos las figuras de estas grandes pensadoras olvidadas por la historia.
Del mismo modo, es posible conocer y ampliar la informacion sobre estas y otras mujeres por medio de Filósofas o barbarie: La historia de las ideas como no te la habían contado, el libro donde Guillermo Gallardo y Luis Miguez dan cuenta de todas las filósofas perdidas en la historia.