Todo tiene una cara y una cruz, una parte exterior y otra interior, una por dentro y otra por fuera, una cáscara y un fruto, un perfil guapo y otro menos vistoso, un lado bueno y otro lado raro, un torso y una palma…
Todo encierra una comedia y un drama, una fiesta y una desgracia, un sí pero no y un no pero sí. Las cosas pueden ser tristes y alegres a un tiempo. Un tiempo de contrastes en el que lo uno no anula a lo otro, pero preciso una mirada sensible para darle una oportunidad a la empatía.
El 30 de mayo fue el día de Canarias y sin embargo, la fiesta no fue completa. En una de sus islas sigue latiendo el dolor y la pena de haber perdido todo en algunos casos, y el de tener que volver a empezar en muchos otros. En tantas vidas, polvo y ceniza frente a la pompa y las circunstancias.
En unas ocasiones nada es lo que parece y en otras nada parece lo que en realidad es. Polos que se atraen y polos que se repelen. Lo importante es no rendirse, mirar al futuro con ganas de salir adelante y poner al ingenio al servicio de lo que merece la pena defenderse, aunque, como nos cuenta Félix, uno de los productores, la cosa no pinte bien en las plataneras de La Palma: "Aquí se han perdido ya dos cosechas y si no llega el agua rápido se pierden tres. Se han perdido unos 40.000 euros y si se pierde la tercera pues ya son 60.000".
Pero si de algo son capaces los canarios es de aprovechar las oportunidades, de reinventarse y si hace falta, también son capaces de enderezar hasta los plátanos y su sector. En especial, la buena gente que se dedica al campo y que ahora lo que necesita son menos fuegos naturales y artificiales, y más agua y ayuda por parte de todos.
"Lo bueno está en lo interior"
"El plátano de Canarias se caracteriza por las motitas que ustedes ven. Unas son de características normales y otras son creadas por la ceniza del volcán Cumbre Vieja. Pero, si vemos bien, lo podemos abrir perfectamente y comprobar que está sano por dentro. Se puede hasta comer, así que no tengan miedo por las motitas. Ayúdennos, por favor", pide el productor.
Al final, lo bueno está en el interior de la cáscara de los plátanos por muy manchadas de ceniza que estén, así como en el interior de los corazones de los agricultores de La Palma quienes, por muy mala cara que tengan por haber recibido este duro golpe, saldrán airosos de esta situación.
Recuerden, así es el plátano de Canarias: 'Bueno por fuera, buenísimo por dentro'.