Cuenta que "Es un compendio de 20 viajes que en realidad terminan siendo uno solo; un viaje interior y una huida personal: no me atrevía a ir a casa de mi abuela, cuya muerte nunca digerí. Estuve 29 años sin entrar", explica.
Sobre su experiencia como reportero en África explica que "cuando los africanos te ven con la cámara y apuntando cosas piensan que les vas a ayudar, pero yo soy periodista, no activista".
Desvela también que "pasé mucho miedo con la cobertura del ébola".