¿Los satélites están parados?
No. Todos los satélites están moviéndose, cada uno en su órbita, y por eso no se caen. La gravedad de la Tierra tira de ellos hacia abajo, y si estuvieran parados caerían y ya está. Pero si se mueven lo suficientemente rápido el tiempo que tardan en caer es el mismo que tardan en recorrer un hemisferio, así que para cuando deberían tocar suelo… ya se les ha acabado la Tierra. El resultado es que dan vueltas al planeta, porque están todo el rato tratando de caerse y nunca llegan a tocar suelo.
Se podría decir que están parados en el cielo, pero no. Porque nosotros también nos estamos moviendo: la Tierra da una vuelta sobre sí misma cada 24 horas. Así que si un satélite tarda 24 horas en dar una vuelta a la Tierra a nosotros nos parecerá que está "parado". Estos satélites se llaman geoestacionarios.
¿De qué depende que un satélite sea geoestacionario o no?
Básicamente de la altura. Los satélites que están muy abajo sienten una gravedad muy fuerte y han de moverse muy rápido para no caer. Los satélites que están más arriba se lo pueden tomar con más calma. Un satélite geoestacionario está a 36.000 kilómetros, y tarda 24 horas en dar una vuelta. La Estación Espacial, que está a 400 kilómetros, tarda hora y media en dar una vuelta la Tierra.
¿Cómo pueden mantenerse en el aire los satélites?
Hay muy poco aire, así que no se frenan. Una vez en movimiento, allá que siguen. Sobre todo por debajo de 600 kilómetros el poquito aire que hay va frenando poco a poco a los satélites, y si se frenan, se caen. Así que los satélites que están en esas órbitas llevan una pequeña cantidad de combustible, y de tanto en tanto se dan un empujón y suben para arriba. La Estación Espacial, por ejemplo, suele encender los motores una vez al mes para recuperar altura.