A mitad de camino, un coche les golpeó por detrás y Amelia fue la única que resultó herida con una grave lesión cerebral. Quedó en coma, aunque el bebé siguió vivo. El pasado mes de diciembre, Amelia abrió los ojos, movió las manos y comenzó a tener contracciones. Santino nació el día de Nochebuena con 1 kilo 890 gramos de peso. Pero Amelia volvió a recaer en el coma. Hasta que un día al ponerle al bebé encima, empezó a mejorar de nuevo. Para su hermano César, es como un milagro.
Amelia mejora con rapidez, ya puede contestar preguntas, se da la vuelta sola e incluso los expertos creen que algún día podrá volver a andar. El neurocirujano que la trata también es optimista.
El marido de Amelia pasa todo el tiempo que puede con ella, pero sabe, porque lo ve, que su mayor estímulo es el bebé, Santino, al que Amelia besa y acaricia cuando puede tenerlo sobre el pecho, dos veces al día.