La ciudad era en ese momento cruelmente disputada entre las fuerzas rebeldes y el gobierno de Bashar al Asad. Omran entonces tenía cinco años. 10 meses después se han conocido nuevas imágenes y vídeos suyos junto a su familia.
En ellos se le ve con el pelo más corto, la cara lavada, una camisa de cuadros y pantalón largo junto a su padre y a dos hermanos. Forman parte de una entrevista que su padre, Mohammed Daqneesh ha concedido a una televisión afín al régimen sirio.
En ella cuenta que todavía viven en Alepo, en una casa nueva en una de las zonas que ahora están bajo el control del Gobierno de Assad. También asegura que la oposición quiso utilizar a su hijo como "propaganda" antigubernamental y que le tuvo que cambiar el nombre para evitar su secuestro.
En medio de críticas a la entrevista, que medios locales y ONG califican como "oportunista", Mohammed dice que Omran se ha recuperado totalmente de las heridas que le provocó aquél bombardeo, en el que el pequeño perdió a su hermano mayor, Ali, y que no piensan abandonar su país pese a una guerra que parece no tener fin.