Beatriz Ramos Puente | @Ramos_Puente
Madrid | 19.10.2017 06:53
La primera, llamada Opalux, nació en Canadá, de una patente bautizada como ópalo artificial, con propiedades parecidas a los naturales pero fabricados en laboratorio. Es un material flexible, que se adapta muy bien dentro de otro material y que evita copias falsas.
No está todavía en los billetes canadienses pero sí se está estudiando, y tampoco se descarta su aplicación en los pasaportes. En el caso de Suecia, su aportación fue la de crear material que podría aplicarse en las ventanas que absorben los rayos de sol para producir energía. También la de láminas flexibles que bloquean la luz ultravioleta pero permiten mirar a través de ellas. Y esto puede dar lugar a una capa que proteja del sol zonas dañadas de nuestra piel.
Su trabajo le ha valido el premio anual de la Real Sociedad Española de Física y la Fundación BBVA. En su laboratorio sevillano dirige un equipo que prepara continuamente materiales nuevos o analiza los que tienen propiedades nunca antes estudiadas. Ahora emplean su tiempo en celdas solares que podrían aplicarse en las luces Led.