Rod cuenta que sufrió un ataque al corazón y este órgano junto con el riñón quedaron a la espera de un trasplante urgente. Y durante 15 meses estuvo esperando un milagro. Konrad mientras siguió creciendo y llegó con 29 años a las grandes ligas del fútbol americano, hasta que un día, en noviembre del año pasado sintió un fuerte dolor de cabeza mientras entrenaba en su casa y fue trasladado al hospital donde se quedó en muerte cerebral después de sufrir un aneurisma. Y su madre decidió que lo mejor era donar sus órganos de forma anónima.
Mery (su madre) pensó: quién quiera que reciba su corazón, más vale que se lo merezca. Y Rod recibió la llamada más importante de su vida. La operación supuso el primer caso en que una donación anónima se da entre dos personas que se habían conocido previamente y también la primera vez en Estados Unidos que un corazón va de un atleta profesional a otro.
La última vez que Mery escuchó el corazón de Konrad fue poco antes de morir su hijo...La siguiente fue cuando se acercó al pecho de Rod, después de su operación. Rod la anima a escuchar lo bien que suena su corazón y Mery le dice: es el de Konrad, tengo memorizado en mi cabeza su sonido al latir.