HISTORIA DE BEATRIZ RAMOS

La historia de Eduardo, un joven mexicano que logró el éxito en su país después de ser expulsado de EEUU

Eduardo García nació en Guanajuato, donde la gente no va al colegio sino a trabajar en el campo. Cruzó por primera vez la frontera a los 7 años con su familia y en suelo estadounidense continuó haciendo su trabajo. Y siguió como migrante indocumentado hasta los 14.

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"Nos desplazábamos desde Florida hasta Michigan, recogiendo cosechas de todo, desde calabazas hasta tomates, fresas, dependiendo de la temporada y del estado". Después comenzó a trabajar fregando platos en un restaurante y descubrió el mundo de la cocina, del que quedó enganchado. Al mismo tiempo, con 15 años, comenzó a tener amistades a las que consideraba su familia pero que no tenían un comportamiento ejemplar

"Eran mis amigos pero no trataban tan bien a otras personas. Formamos una pandilla y robamos coches, o los equipos de sonido", cuenta. Hasta que terminó en la cárcel, 4 años, tras los cuales fue deportado a México. Dos semanas después volvió a entrar de forma ilegal en EEUU para cuidar de su padre, enfermo de cáncer, y trabajó de nuevo en un restaurante. Hasta que en 2007 cayó en manos de las autoridades migratorias.

"Yo sabía que ese día vendría. Obviamente fue uno de los más tristes de mi vida, pero parte de mi éxito se lo debo a eso", expresa. Y es que Eduardo se resignó a quedarse en México, aunque lejos de su familia y le dieron una oportunidad en uno de los mejores restaurantes del país. Durante 3 años aprendió a manejar a los cocineros y se enamoró de la profesión. En 2011 abrió su propio restaurante: Máximo Bistrot, después otros dos en su país y 3 más en el extranjero. Muchos de sus empleados pasaron por lo mismo que él.