"No hubo oportunidad de decir adiós. Fue romper abruptamente con todo", cuenta Pauline a la BBC, la única respuesta que obtenía de su madre cuando la preguntaba era un "ya lo entenderás cuando seas mayor". Con 11 años había pasado por 6 colegios y perdido todo contacto con su padre, a la vez que otro hombre había llegado a su vida: un pastor evangélico llamado Stan Sears, que había apoyado a su madre durante sus tiempos oscuros. Cuando Pauline cumplió los 23 años, Ruth decidió que era el momento de explicarle lo que ocurría, y junto a Stan, del que no se separaba nunca, así lo hicieron.
Ambos le contaron que huían de la mafia desde hacía 16 años por problemas que había tenido su padre. También que el Gobierno les protegía y que había refugios para resguardarse porque el peligro seguí existiendo... Una historia de película que Pauline creyó, dejando atrás su vida y siguiéndoles... Al cabo del tiempo las cosas dejaron de cuadrarla y descubrió que todos los peligros eran una farsa... E intentó hacérselo ver a su madre por todos los medios. De hecho cuando Stan murió, las amenazas de la mafia dejaron de llegar. Pero cuando entendió lo que de verdad ocurrió fue al leer un artículo de un psiquiatra de Harvard en una revista médica que hablaba del "trastorno delirante".
Cuando lo leyó, pensó, "Esto describe perfectamente a Stan"...Saberlo la ayudó a reconciliarse con su pasado, aunque nunca ha superado el daño que le causó.