HISTORIA DE BEATRIZ RAMOS

La lucha de Margarita por hacer justicia contra los soldados que la violaron y quemaron su casa

En lo alto de las montañas de Guatemala, Lote Ocho es poco más de una docena de construcciones de madera donde vive un centenar de personas, la mayoría niños. No hay electricidad ni escuelas. La aldea está a unos 45 minutos, por una carretera de tierra, del pueblo más cercano. Margarita tardó mucho tiempo en hablar sobre lo que pasó una tarde cualquiera en esta aldea maya.

ondacero.es

Madrid | 19.04.2016 07:05

Era el año 2007, estaba sola en su casa cuando llegó el camión de soldados, policías y guardias de seguridad. Media docena de hombres armados entraron en su casa, se comieron la comida que había hecho para los niños y la violaron antes de quemar su casa. Venían a desalojarla porque la tierra pertenecía a una empresa minera canadiense, Hudbay Mineral.

Años después y a pesar del miedo, Margarita ha denunciado a la compañía ante la justicia, pero en Canadá, donde tienen sede más del 50 por ciento de las empresas de exploración y explotación minera de toda América Latina, que causan daños al medioambiente y a los habitantes donde se ubican sus delegaciones bajo empresas subsidiarias.

Las víctimas que han denunciado casos similares antes no han tenido éxito porque la justicia canadiense alega que este tipo de denuncias deben presentarse en el lugar donde se ha cometido el delito aunque se trate de un lugar corrupto.

Pero la denuncia de Margarita ha superado varios reveses legales y podría abrir una nueva vía para juzgar casos como el suyo. Llegar a los tribunales no ha sido fácil. La mayoría solo habla el idioma local. No han ido a la escuela y viajar a Canadá les parece terrorífico. La empresa niega la mayoría de los cargos en su contra.

Dice que ninguno de sus empleados estuvo en Lote Ocho durante los desalojos. Margarita Caal lo que dice es que los hombres que la atacaron se comportaron con tanta brutalidad que no pudo ni levantarse de donde la dejaron. Cuando su marido le preguntó qué había pasado le dijo que se había caído. Todavía le cuesta hablar de lo que pasó. Y dice que: “Recordar es como volver a experimentar”. “ Duele. A una mujer le duele”.