Al principio solo charlaban. Después la convenció para conocerse en persona. Tenía 13 años y cedió a la presión, manteniendo por primera vez relaciones sexuales. Después hubo otros que, sabiendo que Diyanah era menor de edad, empezaron también a acosarla por internet. Ninguno de ellos se enfrentó a ningún cargo judicial.
A Jessica lo que le ocurrió fue que cuando tenía 17 años vivió la peor pesadilla para un adolescente en su Brasil natal. Le robaron el móvil y el ladrón compartió en las redes sociales algunas de las fotos privadas que ella tenía en su teléfono. Las imágenes fotos se difundieron rápidamente por su escuela y su ciudad.
Muchos de los que conocían esas fotografías se burlaron de ella alzando bien la voz para que Jessica pudiera oírlos. Estaba convencida de que no lograría aguantar todo el día allí y llegó a pensar que no podría superarlo.
Son sólo dos de los miles de casos que ocurren a diario en la Red por la falta de protección e información sobre su uso a niños y jóvenes… Ellos son un tercio de los usuarios a nivel mundial y según Unicef, enfrentarse a ello sin conocer los riesgos les expone a la explotación, el abuso y hasta la trata.