Dice que de joven empezó a escuchar voces que le revelaban el futuro. Cuando creció, fundó el diario Redención Femenina, donde publicó poemas, libros y manifestaciones a favor de los derechos de la mujer. En 1930 quiso dar el salto a la política después de publicar una reflexión en la que aseguraba que si el hombre y la mujer forman el hogar y a sociedad, ambos deben formar Gobierno.
Fue la primera mujer en dar ese paso en América Latina. Los medios de comunicación la criticaron y bautizaron "Prudencia la loca". La ridiculizaron por ser mujer, madre soltera e indígena, pero a ella no le importó. No dejó de luchar y su caso llegó a la Corte Suprema de Justicia, aunque los magistrados fallaron en su contra.
Los historiadores reconocen que su hito fue atreverse a dar un paso al frente sin que existiera un marco legal que la sustentara. Prudencia murió en 1936, y aún pasaron varios años hasta que las mujeres pudieron votar en El Salvador. Hoy en día grupos defensores de los derechos de la mujer utilizan su imagen y nombre como bandera.