"Estaba perdida, llorando, cansada, con dolores, yo estaba hundida, pero intentaba poner buena cara para ella", cuenta su madre. Eva comenzó a ir a diálisis y a tomar decenas de pastillas (hasta 30 al día) mientras buscaban un donante. Publicaron su caso en las redes sociales y comenzaron a recibir respuestas. Entre todos los mensajes, destacó el de una mujer: Tanya Thomas, que aseguraba que estaba en el proceso para ver si era compatible con Eva para donarle un riñón.
"Leí la información en Facebook y sentí que como tengo buena salud debía ayudar",dice la profesora. Pero ni Eva ni su madre sabían que además tenían otra conexión: Tanya era profesora del colegio al que acudía la niña, aunque no se conocían.
"Estoy muy contenta de que la señora Thomas me done un riñón, me parece muy amable y espero poder hacer algún día lo que ha hecho ella: salvar la vida a alguien" asegura Eva. La operación de trasplante está programada para el 30 de mayo.